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Para los archivos: 1. Fraternidad San Pío X y el obispo de Albano, Italia 2. La FSSPX Fellay: Entrevista sobre el Sínodo y beatificación Pablo VI

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1. Después de que Monseñor Marcello Semeraro, de Albano, Italia, Secretario del Consejo Pontificio de la Reforma (el Consejo de Nueve cardenales) declaró solemnemente “fuera de la comunión con la Iglesia católica” a todos los fieles que acuden a las misas y recibir los sacramentos de sacerdotes de la Sociedad de San Pío X (FSSPX / SSPX). También amenazó a sus fieles con un “camino penitencial especial”. El distrito local de dicha Sociedad hizo la siguiente declaración, que publicamos aquí para el registro de los acontecimientos en curso:

ALBANO, Italia – 31/10/2013 (Comunicado de prensa)

En una notificación de fecha 14 de octubre de este año, el obispo Marcello Semeraro, Ordinario de la diócesis de Albano Laziale (Italia), ha hecho declaraciones particularmente odiosas sobre la Sociedad de San Pío X, con el fin de mantener a los fieles fuera de las misas celebradas por nuestra sociedad y de la enseñanza de la religión que se les da a los jóvenes, declarando que la sociedad no era “una institución de la Iglesia Católica”.

“El Obispo Semeraro, no puede desconocer el hecho de que la Sociedad de San Pío X se erigió con la aprobación del obispo de Friburgo (Suiza) el 1 de noviembre de 1970, y que este establecimiento fue ratificado por Roma con un decreto emitido por el cardenal Wright , Prefecto de la Congregación para el Clero el 18 de febrero de 1971.

La casa en sí, de la Sociedad en Albano, con su oratorio semipúblico para la administración de los sacramentos, fue erigida canónicamente por el decreto del predecesor de obispo Semeraro, elobispo Raffaele Macario el 22 de febrero, 1974 (Protocolo n. 140/74).

A pesar de los problemas con las autoridades eclesiásticas que se desarrollaron después de las desviaciones de la fe y la liturgia provocada por el Concilio Vaticano II, y a pesar de los intentos ilegítimos de suprimir nuestra sociedad a causa de su fidelidad a la Tradición de la Iglesia, la misma Santa Sede , a través de la Comisión Ecclesia Dei romana, afirmó que uno puede cumplir con sus obligaciones domincales “por asistir a una misa celebrada por un sacerdote de la Sociedad de San Pío X” (18 de enero, 2003) y, como todo el mundo sabe, ya no considera los obispos de esa misma sociedad fuera de la comunión con la Iglesia católica.

Es muy extraño que el obispo Semeraro interviniera de esta manera cuando se ha hecho el campeón del ecumenismo en su diócesis. En 2009 se concedió a la Iglesia de San Francesco en Genzano, que fue construido con los trabajos y sacrificios de nuestros antepasados para el culto católico, a los cismáticos y herejes. El 28 de enero de este año se organizó una vigilia ecuménica en la catedral para orar con las personas que ciertamente no están “en comunión con la Iglesia católica”, como un pastor evangélico luterano y un obispo ortodoxo.

En el mes de noviembre se han programado, en la diócesis, solamente tres reuniones ecuménicas , y el obispo presidirá en uno de ellos, apoyando así las religiones que niegan las verdades de la fe que han sido definidas por la Iglesia y la difusión de la falsa doctrina de indiferentismo, que dice que toda religión es útil para la salvación. No parece importarle que esto contradice abiertamente la enseñanza del Magisterio perenne de la Iglesia, en particular, del Papa Pío XI en su encíclica Animos Mortalium.

Además del 26 de marzo al 28 de este año, la casa de los Padres Somaschi en Albano fue sede del Primer Foro de homosexuales cristianos, en el que la práctica de la sodomía fue defendida, en principio, ¡como un acto de amor verdadero!

Todo esto es posible en la diócesis … ¡Pero que no asistan a las misas o clases de los que la mano por la Tradición de la Iglesia en la doctrina y la liturgia!

Esta incoherencia flagrante es un síntoma evidente de la terrible crisis que está afectando a toda la Iglesia y que se manifestó de nuevo recientemente en el último Sínodo, en el que, bajo el pretexto de la misericordia, ¡no había discusión sobre la posibilidad de cambiar el sexto mandamiento de Dios y de abandono de la indisolubilidad del matrimonio cristiano!

La Sociedad de San Pío X, siguiendo el ejemplo de su fundador, continuará transmitiendo en su totalidad el depósito de la fe y de la moral católica, tomando abiertamente lado contra todos los errores que intentan distorsionarla, sin temor de amenazas o de sanciones canónicas injustas, porque ni el obispo Semeraro ni ningún otro miembro de la jerarquía eclesiástica nunca serán capaces de cambiar este depósito. Como San Pedro dijo: “Es mejor obedecer a Dios antes que a los hombres.”

Todos los que desean recibir los sacramentos como la Iglesia siempre les ha administrado, o para recibir una auténtica catequesis para sus hijos, la formación de adultos, la dirección espiritual y la comodidad de los enfermos, será siempre bienvenida en nuestras capillas.”

Sociedad de San Pío X, Distrito de Italia
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2. También para los registros de los acontecimientos en curso, una traducción del Superior de la Fraternidad San Pío X, Bp. Bernard Fellay, concedió a la página web del Distrito francés y publicada ayer:

La Porte Latine – Hola, Su Excelencia. Gracias por responder a las preguntas de La Porte Latine para los fieles de Francia, que no pudieron asistir a esta magnífica peregrinación ¿Cómo resumir esta peregrinación?

Monseñor Fellay – De hecho, “magnífica” es la palabra correcta. Una muy, muy, muy hermosa peregrinación, con una convergencia perfecta: la ayuda de la organización central de la peregrinación, que puso todo lo que necesitábamos a nuestra disposición, el Buen Dios, que se aseguró de que tuviéramos un hermoso clima, hermosos días finales de otoño, realizado las ceremonias con serenidad como debía ser … Creo que esa es la palabra que yo usaría: serenidad. Todo era muy tranquilo y hermoso. Creo que las almas fueron capaces de elevarse hasta Dios, unirse a Dios, gracias a la Santísima Virgen, y pedirle por todas las gracias que necesitan, y que necesitamos. Verdaderamente una hermosa peregrinación de acción de gracias.

LPL – Hemos tenido varias consagraciones durante esta peregrinación. ¿Se puede hablar de ellos, ya que también incluyen a todos los fieles de la Sociedad?

Monseñor Fellay – De hecho, eran las renovaciones. No creo que hubiera consagraciones directas, excepto tal vez hoy, en lo que era realmente más de una petición a San Pío X. Pero, por supuesto, él es nuestro patrón, y todo lo que ya está en sus manos. La renovación de la consagración de la Sociedad y del Distrito de Francia al Inmaculado Corazón de María, es el mismo que el de Fátima. Desde Lourdes, en todo lugar de las apariciones de la Virgen, los mensajes son en realidad los mismos: insisten en una devoción muy profunda y muy íntima a la Santísima Virgen, al Inmaculado Corazón. Aquí, es el Inmaculado Corazón; en Fátima, es el Corazón Doloroso e Inmaculado; pero es la misma Virgen. Así que es una consagración importante para nosotros, ya que es claramente la manera con que nos muestra los medios para encontrar protección y ayuda en los momentos difíciles que estamos viviendo a través de los cielos; el Inmaculado Corazón es verdaderamente el medio señalado por Dios, por el Cielo. Hubo también una consagración al Sagrado Corazón, y para Cristo Rey. Es muy querido para nosotros, y muy importante.

Esto me recuerda a algo muy esclarecedor que el Arzobispo Lefebvre dijo sobre el combate y los problemas actuales en la Iglesia; él hizo una conexión con Cristo Rey, diciendo: “Es porque los prelados, nuestros prelados, los jefes de la Iglesia, ya no tienen ningún cuidado o preocupación por el reino y reinado de Nuestro Señor Jesucristo cuando las cosas van mal”, y él incluso, fue tan lejos como para decir que no podemos seguirlos. Y es cierto que se trata de un lenguaje que ya no es entendido hoy en absoluto. Creo que es una de las mayores desgracias; es una manera de hacer de la realeza de Nuestro Señor Jesucristo una especie de teoría de que ya no deseamos poner en práctica – posiblemente para los individuos, pero para las sociedades, reconociendo que las sociedades, países, naciones, pertenecen a Nuestra Señor- simplemente se considera hoy en día como una idea de Marte, incluso en la Iglesia. Se trata de una profunda tragedia porque el mismo Señor de las Naciones es nuestro Salvador; Él está a la cabeza de todas las naciones y de la Iglesia, y Él es al mismo tiempo el Salvador, el único que nos puede salvar. Para quitar una parte – la parte que incluye la vida humana, es decir, el mundo; pues tenemos un alma y un cuerpo – esto es muy grave, de hecho, es lo que los enemigos de la Iglesia querían: quitarle el cetro de Nuestro Señor. Este combate ha sido abandonado, y siguiendo los pasos del arzobispo, que siempre ha visto esto como algo muy, muy serio, estamos convencidos de que tenemos razón. Así que la renovación de esta consagración, solicitada por Pío XI, es muy importante; se trata de una protesta enviada al Cielo, diciendo: ¡Muchos Te han dado la espalda, pero no a nosotros! Deseamos estar contigo.

LPL – Los medios de comunicación  hablan mucho sobre el Sínodo de la Iglesia Católica. ¿Qué debemos pensar en ello? ¿Qué debemos esperar?

Monseñor Fellay – No hay nada que esperar. No hay necesidad de esperar. La dirección se ha dado, y está claro. Simplemente hay que decirlo: es claro. Es obvio que quieren trivializar la situación de los que viven en adulterio, cuando verdaderamente es un estado de pecado. Desean trivializar, y eso es muy, muy grave. Cuando jugamos con la moral, estamos jugando con los mandamientos de Dios. Haberse atrevido, durante dos semanas, a dejar hacer hasta preguntas de opinión, ¡Cuando no dejan lugar para la opinión! Es la palabra de Dios. Todo lo que tenemos que decir es “Amén.” Debemos, por supuesto, pensar en cómo ayudar a estas personas; siempre hay que pensar en eso. Pero ciertamente no les ayudamos, diciéndoles que hay una puerta abierta cuando no la hay. ¡La puerta que se está abriendo es una puerta al infierno! Estos prelados que han recibido el poder de las llaves, es decir, de la apertura de las puertas del cielo, las están cerrando, y abriendo las puertas del infierno. ¡Es increíble! ¡Es una locura!¡Absolutamente loco! Y como ya he dicho, la dirección ha sido diseñada. Es cierto que este sínodo no se suponía que debía tomar una decisión; se supone que es un primer paso, pero se han dado los primeros pasos, la dirección ha sido diseñada, y no es difícil de adivinar lo que hará el siguiente sínodo. A menos que haya una reacción mucho más fuerte que la que vemos hoy, y por desgracia, dudo que la habrá ¡Por desgracia, no habrá!

LPL – ¿Qué debemos pensar de la beatificación de Pablo VI?

Monseñor Fellay – Simplemente no es serio. La conclusión es que ¡Cualquier persona puede ser un santo, sobre todo si son pro-Vaticano II! Algo que ver con el Vaticano II es ahora santo, beatificado, canonizado. Una vez más, es una forma de banalizar la santidad. Ya no es grave, ¡Simplemente no es serio! Me duele, nos duele profundamente. La religión está siendo ridiculizada. Un santo debe brillar por sus virtudes, sus virtudes heroicas; él debe ser un ejemplo a seguir. Y es triste decirlo, pero lo que están haciendo aquí no es serio.

LPL –Vamos a terminar con lo que la prensa publicó de su sermón de ayer: “¡No temas!” Para los fieles que no estaban en esta Misa, ¿puedes decirles lo que deben saber de ella (la homilía)?

Monseñor Fellay – Lo que dije debe ser entendida de la manera correcta. No dije, simplemente, “¡no temas!”, así como así. Dije que humanamente hablando, hay razones muy graves en todos los lados para tener miedo, sino que debemos responder a este temor humano con un punto de vista sobrenatural, al escuchar a Nuestro Señor, que sabía que los apóstoles tenían miedo: el miedo no es nada nuevo.

Este miedo ha existido desde los Apóstoles. Es una de las armas más poderosas de los enemigos de la Iglesia, sobre todo al diablo, para paralizar la acción apostólica de la Iglesia. Él trata de asustar, de aterrorizar. Debemos vencer este miedo, pero no a través de medios humanos. Los hombres son tentados ya sea a dejarse asustar por la realidad, o para tratar de arreglar los problemas por sí mismos. Para ambos, la verdadera respuesta es la dada por Nuestro Señor cuando dijo: “No temas,” porque tenemos que buscar ayuda en Él. “Nostrum in nomine Domini adjutorium,” nuestra ayuda está en el Nombre del Señor. Tenemos que mirar a Dios. Y en una crisis tan terrible como ésta, es lo único que nos queda. En lo que a hombres se refiere, es más, es inútil. La situación de la Iglesia es una catástrofe sin nombre. Así que realmente hay razón para tener miedo. Pero nosotros no tenemos el derecho de dejarnos paralizados, tenemos que seguir adelante, tenemos que reconquistar, y que sólo se puede hacer en el Nombre del Señor. En cuanto a Dios y buscar la ayuda prometida por Dios.

Cuando Dios ordenó a los apóstoles a salir a todo el mundo, Él dejó dicho a ellos “no tengan miedo”, pero también dijo, “Siempre estaré con vosotros”. Ese es el mensaje verdadero, del “no temas”

[La Porte Latine – Jean-Paul et Jacques bufé, 27 de octubre 2014 – en francés; Alimentación Traducción Inglés.] [Traductor: Rigoberto Ortiz] Artículo original

Reunión informal del Superior de la FSSPX con el Cardenal Brandmüller

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[Dici] El 5 de diciembre 2014, el cardenal Walter Brandmüller, presidente emérito del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, se reunió con el obispo Bernard Fellay, Superior General de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X acompañado de varios sacerdotes. La reunión se celebró en el Seminario de Herz Jesu, Zaitzkofen, Baviera. Esta reunión se llevó a cabo después de la reunión del 23 de septiembre de 2014 en Roma, donde de mutuo acuerdo se decidió continuar las discusiones doctrinales “en un marco más amplio y menos formal que las entrevistas anteriores. ” (Ver DICI 302 de 10/10/2014 ). El tema de la reunión fue el Concilio y su autoridad docente.

El objetivo de estos intercambios es aumentar el conocimiento de la Fraternidad y las obras de la tradición por parte de las autoridades de la Iglesia , exponiendo siempre sus graves objeciones y puntos de divergencia respecto el Concilio Vaticano II y su reformas. En esta perspectiva, se han previsto otras dos reuniones en los próximos meses, una en el seminario Santo Cura de Ars de Flavigny (Francia), y otra en el seminario Santo Tomás de Aquino en Winona (EE.UU.).

La FSSPX ofrece Missa Cantata en la Basílica del Santuario Nacional de los EE.UU

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La Fraternidad Sacerdotal de San Pío X ha ofrecido Misas Tradicionales en Latín en algunos lugares prominentes, incluyendo la Basílica de San Pedro y el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes.

A esa lista debemos que agregar la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, D.C.

El Padre Patrick Rutledge de la nueva Iglesia de la FSSPX en Pittsburgh, Pennsylvania, ofreció una Missa Cantata en la capilla de Lourdes en el Santuario de la Basilica. Esa capilla, que se encuentra en la cripta de la Basílica es el lugar dedicado a la Misa Tradicional en el Santuario. Una schola de tres hombres proveyeron el Gregoriano.

Nuestro agradecimiento al lector que tomó las siguientes fotos:

IMG_3964IMG_3962IMG_3960[Traducido por Juan Campos. Artículo original]

¿Acercamiento entre Roma y la FSSPX? Depende de a quién se pregunte

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 Publicamos esto para que conste.  Fuente la FSSPX:

Como respuesta a una entrevista respondida por el Arzobispo Pozzo, de la Comisión Ecclesia Dei, sobre las relaciones de la FSSPX con la Santa Sede, DICI ofrece el comentario siguiente para clarificar la situación

Las relaciones entre FSSPX y Roma, de acuerdo con Mons. Pozzo

Después de la consagración del P. Jean-Michel Faure de manos del obispo Richard Williamson el 19 de marzo de 2015 en el monasterio de la Santa Cruz de Nova Friburgo (Brasil), la agencia de prensa I.Media entrevistó a Mons. Pozzo, Secretario de la Comisión Ecclesia Dei. Este aprovechó la oportunidad para realizar afirmaciones sobre las relaciones entre la Fraternidad San Pío X y Roma, afirmando que más allá de las dificultades doctrinales que existen, los problemas están “dentro de la Fraternidad”.

De acuerdo con el prelado romano citado por I.Media: “El papa espera que la Fraternidad San Pío X decida entrar [en la Iglesia, N. del E.], y estamos listos en cualquier momento con un plan canónico ya conocido”, a saber, la creación de una prelatura personal. “Llevará un poco de tiempo que las cosas se aclaren internamente y que Mons. Fellay pueda obtener un amplio consenso para dar este paso”. Es él que enfatiza esta afirmación en negritas.

En la Casa General de la Fraternidad San Pío X se preguntan cuál es la intención de esta última afirmación de Mons. Pozzo, que no se corresponde con la realidad: ¿Es su punto de vista de la situación? ¿Es un deseo personal? ¿O un intento de introducir divisiones en la FSSPX?

Mons. Fellay ya ha respondido a la Comisión Ecclesia Dei varias veces, por escrito y en forma oral. Lo que hace imposible un reconocimiento canónico bajo la figura de una prelatura personal en este momento es esencialmente el conjunto de “dificultades doctrinales”, a saber, la demanda de Roma de que aceptemos el Concilio Vaticano II y las reformas posteriores en una “hermenéutica de la continuidad”.

Los encuentros informales entre los miembros de la FSSPX y algunos obispos a pedido de la Comision Ecclesia Dei, están siendo realizados en un contexto específico: se busca que ayuden a la Fraternidad y a su apostolado a ser mejor conocidos, sobre todo en sus posiciones doctrinales. De hecho estos encuentros manifiestan esas diferencias aún más claramente. Y los interlocutores romanos de la Fraternidad se ven obligados a reconocer que muchas cuestiones permanecen “abiertas”, que es un modo de reconocer que nuestras objeciones aún no están resueltas ni de lejos.

Por esta causa, el Superior General afirma que es necesario presentar a las autoridades romanas las posiciones de la Fraternidad en su integridad, y no variar dichas posiciones, que son las de los papas de antes del Concilio Vaticano II.

El profesor universitario francés Luc Perrin compartió sus puntos de vista sobre este tema en el Forum Catholique del 20 de Marzo, destacando que no tiene sentido “fingir que todo está bien en el mejor de los cielos romanos”. Escribió con realismo:

(Mons. Pozzo) “ha mantenido el mismo discurso inalterado después de las ilusiones de un acuerdo rápido que sostuvo también, en 2000, el burbujeante cardenal Castrillón Hoyos. Juan Pablo II en 1978-1979 estuvo, él también, convencido de que la plena comunión estaba a la vuelta de la esquina: sabemos lo que vino después, pero en Roma parece que el optimismo telardiano o tontolón, al estilo de Juan XXIII en 1962 está todavía de moda”.

“No es que se deba desanimar a Billancourt ni a los diferentes prelados de la Comisión Ecclesia Dei – lejos de nosotros sugerir tal idea- y es bueno ver que la autoridad romana tiene una fe suficientemente sólida como para resistir el paso del tiempo, pero… no es muy útil jugar al embeleso, levitando sobre el domo de San Pedro rodeados de pequeños ángeles sonrientes tocando la lira…, un coro angélico cantando In Paradisum: “el acuerdo, el acuerdo, pronto el acuerdo, el acuerdo está aquí”. 

Para empezar, si las distintas estupideces cometidas por Roma a lo largo de este prolongado asunto fuesen señaladas, bajaríamos a tierra. Una corta lista para Su Eminencia el Card. Müller y el Arzobispo Pozzo:

a) desconfiarás del optimismo tonto, pero pondrás esperanza sobrenatural en las promesas de unidad in veritate:

b) abandonarás la discusión chapucera y no tendrás en cuenta el tiempo: ¿por qué no recomenzar las discusiones abrupta e intemperantemente interrumpidas por Roma en 2011? O por lo menos trabajar para que puedan ser recomenzadas:

c) reconstruirás la comunión plena paso a paso: más que una “solución canónica” preconcebida y no necesariamente muy buena –la prelatura personal está llena de fallas- hoy, me parece más realista resolver ciertos problemas prácticos paso a paso…, (dada) la fragilidad del motu proprio Summorum Pontificum desde la elección del Papa Francisco, porque mientras se lo confirma por un lado, se ha hecho un serio daño contra él con los Franciscanos de la Inmaculada, y se lo está erosionando con pequeñas frases que no pueden sino generar preocupación”.

En lo que respecta a los “problemas prácticos” que podrían ser resueltos con gestos concretos, permítasenos recordar que cuando las hermanas dominicas de Fanjeaux que se dedican a la enseñanza hicieron su primera peregrinación a Roma –del 9 al 14 de febrero de 2015- 200 religiosas, y 950 alumnas acompañadas de cientos de profesores y padres, no pudieron conseguir una iglesia donde uno de sus capellanes pudiese celebrar la misa tradicional… porque pertenecen a la FSSPX. Las palabras suaves se vuelven volátiles, los hechos concretos son mucho más elocuentes.

[Traducción de Panorama Católico Internacional. Artículo original]

La FSSPX reconocida en Argentina como parte de la Iglesia Católica Romana (actualizado)

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En el Boletín Oficial de la República Argentina encontramos la siguiente información: a solicitud del Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Poli, se le concede a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X fundada por el Arzobispo Marcel Lefebvre, el estatus de “Asociación de Derecho Diocesano.. Sociedad de Vida Apostólica” y se reconoce “que  dicha fraternidad, encuentra acreditada su carácter de persona jurídica pública DENTRO DE LA IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ROMANA, conforme las normas del Código de Derecho Canónico“.

Con toda la prudencia que conlleva el no tener una mayor información para valorar con precisión el alcance exacto de esta noticia, más allá de los formulismos jurídicos, no parece temerario interpretar este importante gesto del cardenal Poli como un gran movimiento de acercamiento -tal vez la punta del iceberg-, que permite esperar con optimismo un desenlace feliz a corto plazo a nivel global.

ACTUALIZACIÓN 13/4 09:00: Hemos preguntado a un prestigioso jurista argentino para que nos hiciera una valoración de esta noticia, especialmente en el sentido de si podría interpretarse como un mero formulismo jurídico o tramite administrativo, un “gesto” habitual hacia otras organizaciones con problemas canónico-jurídicos o confesiones, con el ánimo “ecuménico” de facilitarles una ayuda económica, que es casi la única duda que a neófitos de la legislación argentina podría surgir. Esta es la respuesta

“La Iglesia Católica en la Argentina tiene un estatuto único y particular. Según el Código Civil es una persona jurídica de Derecho Público, con un estatus distinto a cualquier otra asociación en el país. Además, constitucionalmente el estado argentino está obligado a sostener el culto católico apostólico romano. Ninguna otra religión tiene ese estatus. Están reconocidos por la Secretaría de Cultos, pero son asociaciones civiles como una empresa o un club deportivo. 

Es imposible que una entidad cristiana no católica pueda ser incorporada a la Iglesia Católica como Persona Jurídica de Derecho Público. Que luego los cultos evangélicos, los musulmanes o judíos obtengan subsidios del estado es otra cosa, pero no hay una obligación de subvención como se da con el sueldo de los Obispos, por ejemplo. 

La resolución es única y además fue un expediente que claramente inició el Cardenal Primado Mario Aurelio Poli. A mi entender es un gesto único, que incluso excede los avances a los que llegó Benedicto XVI.“.

Como apuntan todos los medios, no es concebible que tal gesto se haya realizado sin el consentimiento de Roma, lo cual podría indicar, como apuntábamos, un próximo reconocimiento canónico de la FSSPX a todos los niveles. No hace mucho se señaló como posible la fórmula de un reconocimiento unilateral de Roma, ad experimentum y sin documentos doctrinales. Habrá que esperar.

ACTUALIZACIÓN 13/4 23:00 Hemos publicado un análisis jurídico de esta noticia de sumo interés.

Reproducimos la resolución oficial:

Resolución 25/2015

Bs. As., 17/3/2015

VISTO el Expediente N° 9028/2015 del Registro del MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO, la Ley N° 24.483 y su Decreto Reglamentario N° 491 de fecha 21 de septiembre de 1995, y

CONSIDERANDO:

Que conforme al Protocolo N° 084/15 de fecha 23 de febrero de 2015, el Arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Cardenal POLI, solicita que la “FRATERNIDAD DE LOS APÓSTOLES DE JESÚS Y MARÍA” (FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PÍO X) sea tenida, hasta que encuentre el definitivo encuadramiento jurídico en la Iglesia Universal, como una Asociación de Derecho Diocesano, según lo normado por el canon 298 del Código de Derecho Canónico, in fieri de ser una Sociedad de Vida Apostólica, con todos los beneficios que a ésta le corresponde y dando cumplimiento a todas las obligaciones que a la misma le refiere, asumiendo también las responsabilidades que competen al Prelado diocesano.

Que dicha fraternidad, encuentra acreditada su carácter de persona jurídica pública dentro de la IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ROMANA,conforme las normas del Código de Derecho Canónico.

Que según sus estatutos, aprobados por la autoridad eclesiástica competente, la fraternidad es una sociedad sacerdotal de vida común sin votos, a imitación de las sociedades de las Misiones Extranjeras (conf. Capítulo I, Artículo 1°, Estatutos de la Fraternidad de los Apóstoles de Jesús y María).

Que el Artículo 3°, inciso f) del Decreto N° 491/95 autoriza la inscripción en el Registro creado por Ley N° 24.483, a las personas jurídicas reconocidas por la autoridad eclesiástica, que guardan semejanza o analogía con los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica.

Que la institución solicitante ha cumplido con todos los requisitos exigidos por la normativa vigente, acompañando sus estatutos, decreto de erección y memoria, de acuerdo a lo establecido por la Ley N° 24.483.

Que corresponde hacer lugar a la presente inscripción toda vez que la peticionante encuadra en los términos previstos por el Artículo 3°, inciso f) del Decreto N° 491/95.

Que la presente medida se dicta en uso de las facultades conferidas por el Artículo 17 del Decreto N° 491/95.

Por ello,

EL SECRETARIO

DE CULTO

RESUELVE:

ARTÍCULO 1° — Reconócese como persona jurídica a la “FRATERNIDAD DE LOS APÓSTOLES DE JESÚS Y MARÍA” (FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PÍO X), Asociación de Derecho Diocesano, con sede legal y domicilio especial en la calle Venezuela N° 1318, CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, la que queda inscripta bajo el número TRESCIENTOS OCHENTA Y UNO (381) del Registro de Institutos de Vida Consagrada.

ARTÍCULO 2° — Otórgase a dicha entidad el carácter de entidad de bien público a todos los efectos que correspondan.

ARTÍCULO 3° — Hágase saber que la referida persona jurídica se encuentra beneficiada por el tratamiento dispensado por el Artículo 20, inciso e) de la Ley de Impuesto a las Ganancias (texto ordenado en 1997).

ARTÍCULO 4° — Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. — Emb. GUILLERMO R. OLIVERI, Secretario de Culto.

[Se puede verificar esta información entrando en la web del Boletín Oficial Argentino indicando en su buscador resolución 25 año 2015]

Análisis jurídico del reconocimiento de la FSSPX en Argentina (actualizado)

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La noticia del reconocimiento, por parte la Secretaría de Cultos de la Nación Argentina, de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X como parte de la Iglesia Católica Romana es un acto jurídico muy importante por las implicancias que conlleva.

Este análisis en modo alguno se refiere a las cuestiones que se suscitaron desde las ordenaciones de cuatro Obispos por Monseñor Lefevbre, ni a los posteriores acercamientos con la Santa Sede, ni a todas las cuestiones que se han debatido en estas décadas acerca de la inserción de la FSSPX en la Iglesia Católica Apostólica Romana. Es un estricto análisis jurídico de la Resolución de la Secretaría de Cultos dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina. Trataré de ser lo más esquemático, claro y sintético posible.

1) En la legislación interna de la Argentina la Iglesia Católica tiene un estatus muy particular: es una Persona Jurídica de Derecho Público  según el art. 33 del Código Civil, naturaleza jurídica que comparte con el estado nacional, las provincias, los municipios y las entidades autárquicas. Es la única persona jurídica de derecho público no estatal, gozando de una jerarquía mayor a cualquier asociación o sociedad que puedan imaginarse (bancos, multinacionales, clubes de fútbol, etc.).

2) Constitucionalmente el estado argentino está obligado al sostenimiento del Culto Católico Apostólico Romano y constituye la religión oficial del país, lo que implica que los Obispos argentinos gocen de una remuneración idéntica a la de un juez federal, además de contar con exenciones impositivas. También existen múltiples conexiones entre Estado e Iglesia, como capellanías en el ejército, policía, servicio penitenciario y policías provinciales que son solventadas por el estado, revistiendo los sacerdotes categorías de agentes de la Administración Pública (nacional, provincial o municipal, según el caso).

3) La Santa Sede y la Nación Argentina tienen un Concordato aprobado por Ley 17032 que regula las relaciones internacionales entre ambos estados, constituyendo una fuente de derecho público importante. De ese concordato surge la ley 24.483, que en su art.1° concede la personalidad jurídica civil a los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica que gocen de personalidad jurídica pública en la Iglesia Católica, con su sola inscripción en un registro que llevará el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

4) Con fundamento en la Ley 24.483 y su decreto reglamentario 491 el Arzobispo de Buenos Aires Mario Aurelio Cardenal POLI solicita que la Fraternidad Sacerdotal San Pio X sea encuadrada en los términos de dicha ley y se le conceda el reconocimiento, por parte del estado argentino, como Instituto de Vida Consagrada. La solicitud data del 23 de febrero de 2015 y la Resolución 25/15 que la concede está fechada el 17 de marzo del mismo año, en un trámite extremadamente rápido.

5) Según los fundamentos del decreto publicado en el Boletín Oficial de la República Argentina, en su petición el Cardenal Poli sostiene que hasta tanto la FSSPX encuentre el definitivo encuadramiento en la Iglesia Universal, sea tenida en cuenta como una Asociación de Derecho Diocesano en los términos del art.298 del Código de Derecho Canónico, y además agrega que está en proceso de formación (in fieri) como Sociedad de Vida Apostólica.

6 )Si se accede a la página oficial de la Secretaría de Cultos de Argentina existe un Registro de cultos reconocidos en el país (evangélicos, budistas, africanistas, etc.) y un Registro de Institutos de Vida Consagrada en los términos de la Ley 24483. Este registro es exclusivo para la Iglesia Católica y los formularios  (con instructivos) para su trámite  están en la web.

7 )Para su constitución se debe acompañar, entre otras cosas, el decreto de erección de la asociación, las Constituciones, el consentimiento de la autoridad eclesiástica, la Memoria (con estructura del instituto, forma de gobierno, Autoridad suprema universal y Autoridades locales, fecha de instalación en el país, principales actividades que desarrolla), el nombramiento del Superior Mayor en Argentina, sede legal, etc. Los papeles deben ser presentados, traducidos al idioma nacional y las copias debidamente certificadas por la Nunciatura, o por la Embajada Argentina ante la Santa Sede, o por la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Argentina, o por la Curia Diocesana competente en razón del domicilio (Buenos Aires en este caso).

8) Como conclusión puede decirse que: a) No queda duda alguna que tanto el Cardenal Poli (como Arzobispo de Buenos Aires) como la Nación Argentina  reconocen a la FSSPX como parte integrante de la Iglesia Católica Apostólica Romana; b) De la lectura de la Resolución 25/15, de la legislación interna de la Argentina y de los formularios oficiales de la página web de la Secretaría de Cultos tampoco queda duda que el trámite cuenta con la expresa conformidad de la FSSPX, única que puede brindar todos y cada uno de los requisitos burocráticos exigidos, principalmente las constituciones, forma de gobierno y autoridades; c )La FSSPX quedó registrado con el n°381 entre los Institutos de Vida Consagrada dependientes de la Iglesia Católica. Ninguno de los otros cultos cristianos no católicos reconocidos por la Argentina son parte de la Iglesia Católica y por tanto no gozan de los beneficios que la ley brinda a su religión oficial, más allá del tratamiento y ayudas que los gobiernos le presten para el cumplimiento de sus fines.

Es posible interpretar que este acto jurídico del Estado Argentino, además del valor simbólico por ser la tierra de S.S. Francisco, tiene un efecto jurídico de grandes proporciones cuyas consecuencias se extienden a la Iglesia Universal. El Cardenal Poli, Arzobispo de Buenos Aires, está otorgando, directa e indirectamente (a través del estado argentino) personería jurídica en los términos del Código de Derecho Canónico Universal.

Reitero que esto significa un avance más allá de Benedicto XVI. Según informa ACI Prensa el 27 de junio de 2013 en su nota “Lefebvristas reafirman cisma y ponen fin al diálogo con la Iglesia Católica” el P. Lombardi (quien se remite al Papa Benedicto XVI), dijo que “mientras la Fraternidad no tenga un estatus canónico en la Iglesia sus ministros no ejercen un ministerio legítimo en ella”. Y en la misma nota se cita un comunicado de la Santa Sede de febrero de 2009 advirtió que “el levantamiento de la excomunión ha liberado a los obispos de una pena gravísima, pero no ha cambiado la situación jurídica de la Fraternidad San Pio X, que en el momento actual no goza de ningún reconocimiento canónico en la Iglesia Católica”.

El Razonamiento Jurídico debe nutrirse de la Lógica. Una cosa no puede “ser y no ser” al mismo tiempo. La Res.25/15 del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina ha cambiado rotundamente la situación. Hoy la FSSPX –por iniciativa del Arzobispo de Buenos Aires- es una asociación de fieles en los términos del art.298 del Código de Derecho Canónico y se encuentra en camino de ser un Instituto de Vida Consagrada, gozando de pleno reconocimiento  dentro de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

H.T (Jurista Argentino)

ACTUALIZACIÓN  (14/04) En Adelante la Fe hemos pedidos a este destacado jurista que hiciera una valoración de las diversas informaciones, de ambas partes, que tratan de quitar importancia a esta noticia indicando que es algo meramente “administrativo”. Esta es su respuesta:

“Luego de la noticia del reconocimiento del estado argentino a la FSSPX han salido comunicados, de uno y otro lado, que oscurecen más que aclarar.
 
Releí las partes pertinentes del Código de Derecho Canónico y estoy más convencido aún que no hay forma de considerar a la FSSPX parte de la Iglesia en Argentina y no en el resto del mundo. Viola toda lógica jurídica.
 
Lo de un trámite meramente administrativo -con el fin de ejercer libremente la vida apostólica- no tiene sustento alguno porque hace décadas que están en nuestro país, con seminarios, templos, escuelas y demás bienes, que bien pudieron adquirir como asociación civil sin fines de lucro. ¿Cuál es la mejora administrativa? ¿Evadir Impuesto a las Ganancias? ¿Obtener sueldos y subvenciones?
 
Se estaría ante una gravísima situación donde no comulgan con Roma pero sí reciben los beneficios en Argentina por ser “romanos”.
 
El trámite tardó unos quince días hábiles, impropios para cualquier trámite burocrático, salvo que la presentación fuera hecha absolutamente prolija, sin faltar nada y gestionada de antemano con la autoridad. El Expediente es barra quince (/15) lo que demuestra que se inició este año y no es una mera nota de Poli acompañando un trámite del 2011, como lo afirma Agencia DICI.
 
Es imposible que a esto se llegue sin el acuerdo de Roma y de Econe“.

Polémica FSSPX Argentina: el jurista responde

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El autor del análisis jurídico de la aprobación legal de la FSSPX, que mantiene el anonimato al pertenecer a la judicatura argentina, nos remite este texto como respuesta a muchas de las dudas y cuestiones que ha levantado su escrito, tanto en los comentaristas como en numerosos medios donde ha sido reproducido.

Cardenal Poli: la FSSPX “…es una persona jurídica pública dentro de la Iglesia Católica Apostólica Romana, conforme las normas del Código de Derecho Canónico…”

Esto lo escribió y firmó el Cardenal Mario Aurelio Poli en la presentación que hizo en el Expediente 9028/2015 del Registro del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Argentina.

Ante el pedido del director de la página para que haga un análisis del reconocimiento –por parte de la Resolución 25/15 de la Secretaría de Cultos de la Argentina- de la FSSPX como parte de la Iglesia Católica, en primer lugar hice un comentario breve y rápido que fue puesto como ampliación, luego un análisis detallado de índole técnico (si cabe el término) y luego otro análisis, también rápido, ante las repercusiones  de la medida -que el editor colocó como nueva ampliación-.

Ratifico el contenido de todo lo que escribí sobre el análisis jurídico. Y también las especulaciones en las ampliaciones, pero que no tienen que ver con lo técnico sino que se derivan de la interpretación de los hechos.

Corresponde que aclare, previamente, que no me mueve ninguna antipatía a la FSSPX, que a mi juicio va a quedar en la historia grande de la Iglesia Católica por preservar el gran tesoro de la Tradición. No se encuentra establecida en el lugar donde vivo, pero sí concurrí al templo de calle Venezuela en Buenos Aires, donde además adquirí varios libros inhallables en otros lugares.

Ante la virulencia de algunos comentarios corresponde aclarar algunos puntos, a sabiendas que el derecho, por lo general, es controvertido y que incluso se discuten hasta normas legales claras y expresas en su redacción.

¿Es la católica la religión oficial de la Argentina?

La Const. Nacional en su art.2 habla del sostenimiento del culto. Luego de la reforma de 1994 ya no obra la exigencia de catolicidad para el Presidente, ni la exigencia de la conversión de los indios al catolicismo –norma ésta totalmente anacrónica-. No existe una norma expresa que así lo declare, pero salvo un estado teocrático (vg. Irán) no creo que podamos encontrar estados con religión oficial, si ponemos esa exigencia. El sitio oficial del gobierno argentino le daría la razón a quienes objetan el carácter de religión oficial del catolicismo.

El Dr. Germán Bidart Campos, por décadas el constitucionalista más prestigioso del país, sostuvo la teoría del catolicismo como religión oficial e incluso la consideraba un contenido pétreo (es decir inmodificable por una nueva Convención Constituyente). Hoy sin dudas es una cuestión controvertida. Reitero: la Iglesia Católica tiene un estatus jurídico único en el Código Civil y que se mantiene en el nuevo código reformado próximo a entrar en vigencia, lo que valió la crítica de sectores progresistas. Pero no solo es muestra de ello la normativa del Código Civil, sino las remuneraciones de los Obispos, las exenciones impositivas del polémico impuesto a las ganancias, la existencia de capellanías (con sueldos a los presbíteros) en las Policías federales y provinciales, Ejercito Argentino, Armada Argentina, Fuerza Área, Prefectura, Gendarmería, Servicio Penitenciario Federal, Hospitales públicos, etc., con erección de capillas en sus predios e imágenes religiosas en sus despachos. También existen imágenes religiosas en despachos judiciales y otros entes administrativos. El Presidente jura por una fórmula cristiana y ante los Santos Evangelios. Todas las demás religiones tienen absoluta libertad de predicar, pero ninguna tiene subvención del estado ni ningún tipo de reconocimiento oficial de su actividad.

En las fechas patrias las autoridades oficiales de la Nación y las Provincias asisten al Te Deum en las respectivas Catedrales, siendo el de mayor significación el que se celebra en la Metropolitana.

La cuestión es controvertida, pero ya sea oficial, “oficiosa”, o privilegiada, la Religión Católica tiene un estatus absolutamente diferente del resto de los miles de cultos reconocidos en la Nación. Basta con ingresar al sitio web de la Secretaría de Cultos para comprobarlo. Sí existe absoluta libertad de cultos, y éste es un dato que nos será de mucha utilidad.

¿Es la Resolución 25/15 un mero trámite administrativo?

Jurídicamente es un acto de la Administración Pública, pero no una mera formalidad, dado que es declarativo de una realidad ya existente y no constitutivo de una nueva realidad. Si yo creara una sociedad bancaria y quisiera comenzar a operar como banco, debería constituir la persona jurídica, sería autorizada por la Inspección General de Justicia y el Banco Central, y luego recién comenzaría a existir, al abrir las puertas de mi entidad financiera.

La Resolución 25/15 reconoce una realidad preexistente, basada en el Concordato entre la Argentina y la Santa Sede, aprobado por Ley 17.032, más las normas que se citan en la resolución (ley 24483 y su decreto reglamentario). El Tratado Internacional entre Argentina y el Vaticano, más sus leyes reglamentarias son claras: la Argentina solo se limita a reconocer una persona jurídica preexistente en el seno de la Iglesia Católica.

Veamos el art.3 inciso f del Decreto Reglamentario 491/1995 (citado como fundamento de la Resolución 25/2015). Podrán inscribirse en el REGISTRO DE INSTITUTO DE VIDA CONSAGRADA: f) Otras personas jurídicas reconocidas como tales por la autoridad eclesiástica competente y que por su semejanza y analogía con las anteriores sean admitidas en el Registro por resolución fundada de la autoridad de aplicación (el subrayado me pertenece).

Nuestro país pide el aporte de una serie de documentación autenticada por órganos oficiales de la propia Iglesia y el aval del Obispo del lugar, en este caso Aurelio Mario Cardenal Poli, quien rotundamente dijo en su presentación (transcripta en los fundamentos de la Resolución 25/15) que dicha Fraternidad encuentra acreditada su carácter de persona jurídica pública dentro de la Iglesia Católica Apostólica Romana, conforme las normas del Código de Derecho Canónico.

Reitero: dijo el Arzobispo Poli, sucesor de los Apóstoles y miembro del Colegio Cardenalicio, en su presentación ante la Secretaría de Cultos, que la FSSPX es una persona jurídica pública dentro de la Iglesia y conforme las normas del Código de Derecho Canónico. Ergo, tiene un situación canónica regular como persona pública  dentro de la Iglesia, y  es de carácter pública –y no mera asociación de fieles- lo que se condice con lo que afirma la página oficial de la FSSXP de Suramérica: La Fraternidad San Pío X ha sido fundada en 1970 y sus estatutos fueron aprobados el 1º de noviembre de ese mismo año por Monseñor Charrière, Obispo de Friburgo (Suiza). Al igual que toda otra congregación, la Fraternidad San Pío X ha nacido como congregación de derecho diocesano. Su fundación no data de 1988 y no está ligada a ninguna sospecha de ilegalidad”.

En consecuencia la Resolución del Estado Argentino no solo es importante por lo que declara, sino porque indirectamente prueba que para el Arzobispo Poli la FSSPX es una persona jurídica pública y en situación regular conforme las normas del Código Canónico, cuyo ámbito de aplicación es universal.

Una vez más digo que la resolución tiene consecuencias canónicas, a pesar de los comunicados en contrario, salvo que las cosas –contra toda Lógica- puedan ser y no ser al mismo tiempo.

¿Era imprescindible para el funcionamiento de la FSSPX este reconocimiento que se lo califica de mero trámite administrativo?

A partir de las afirmaciones de la agencia DICI, vinculada a la FSSPX, cabe decir que en Argentina existe libertad de cultos y que el funcionamiento de escuelas, hospitales -o cualquier otra obra destinada al bien común- puede perfectamente llevarse a cabo como asociación civil.

Como ejemplo máximo en este sentido tenemos el caso de la Universidad Austral que es una asociación civil sin ningún vínculo jurídico con el Opus Dei, ni la Iglesia Católica, a pesar que varios de sus integrantes expresamente reconocen pertenecer a la Prelatura. Esta asociación civil no tuvo impedimentos para conseguir importantes subvenciones públicas y privadas, y sostener una Universidad de primer nivel, con un Hospital Universitario de prestigio.

Una diferencia sustancial –que lo refiere expresamente la Resolución 25/15- es la exención del impuesto a las ganancias, pero en definitiva una cuestión de orden estrictamente material y mundanal que no justificaba semejante giro copernicano en la relación entre Iglesia y FSSPX. ¿Cabe suponer que este acto administrativo tenía una finalidad meramente material? De ninguna manera conociendo las dificultades que ha sobrellevado durante años la FSSPX por estar fuera de la Iglesia Católica.

¿Se trató de un trámite administrativo habitual?

Definitivamente no, pero esto no supone que haya sido ilegal. Sí fue un trámite de extrema celeridad, donde en menos de un mes el expediente fue iniciado y aprobado, a pesar de requerir documentación abundante, certificada y traducida al idioma nacional, además del tiempo de evaluación normal del órgano administrativo para resolver en consecuencia.

Si se ingresa a la web de la Secretaria de Cultos   podrá observarse, solo a modo de ejemplo, que las “Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción” iniciaron el expediente en el año 2000 (nro. 22277/00) y obtuvieron resolución favorable en 2005 (N° 1475/00  de fecha 27/06/05). En la misma fecha se habilita a las Hermanas Misioneras Redentoristas cuyo expediente databa del año anterior (nro. 25213/04) Al respecto puede consultarse el Boletín Oficial donde se publicaron  ambas resoluciones.

Si les interesa conocer la nómina de todos los Institutos de Vida Consagrada y sus trámites administrativos, pueden ingresar a esta web. Esta nómina también es una prueba del disímil tratamiento que se le da a la Iglesia Católica.

A modo de conclusión

La importancia de esta resolución está dada en que oficialmente el Arzobispo de Buenos Aires reconoce a la FSSXP como persona jurídica de derecho público en el seno de la Iglesia Católica, con condición canónica regular.

Además, como ocurrió muchísimas veces en cuestiones de derecho  común (fundamentalmente en temas sensibles y polémicos) se trata de un precedente importantísimo (leading case) de gran valía, que en modo alguno puede pasar desapercibido en el seno de la Iglesia Universal.

No conozco nada de los entretelones del caso. Quien quiera saber algo más puede ingresar a Panorama Católico Internacional sitio al que estimo de sobremanera. Sí puedo especular con fundamentos serios, desde el análisis del acto jurídico, de los antecedentes documentales que se invocan, de los trámites de otros Institutos de Vida Consagrado y de los plazos exiguos, que se trató de algo previamente acordado y aceitado en su presentación, imposible de realizar sin la venia de Roma y Econe.

H.T. (Jurista Argentino)

¿Buenos Aires? ¿Ecclesia Dei? El obispo de Port-Luis tiene un enfoque diferente

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Tomado del sitio web de la diócesis de Port-Louis en Mauricio:

El Padre Duvergé, Superior de la Fraternidad San Pío X para el Distrito de África y el Océano Índico, nos envió una circular anunciando que la Fraternidad San Pío X tiene la intención de construir una iglesia para celebrar lo que ellos llaman “la Misa Tradicional Católica Romana”. La Fraternidad San Pío X está tratando de adquirir tierras y ya ha hecho un llamamiento para recaudar fondos.

En su circular, el P. Duvergé presenta como objetivo del proyecto el de “preservar la fe católica en la Isla Mauricio”. En la misma línea, acusa a la Iglesia Católica de distorsionar la doctrina, la liturgia, los sacramentos y la enseñanza moral de la Iglesia.

Llamo la atención de los fieles sobre el hecho de que la Fraternidad San Pío X no está en comunión con la Iglesia católica. Las conversaciones iniciadas por el Papa Benedicto XVI en el período 2011-2012 con el fin de restaurar la comunión, fracasaron.

Por ello, deseo advertir a los católicos acerca de la confusión que mantiene la Fraternidad San Pío X: se refiere a sí misma como “Iglesia Católica Romana tradicional”, cuando de hecho no está en comunión con la Iglesia Católica Romana.

+Maurice E. Piat

Obispo de Port Luis

[Traducido por GM. Artículo original]

La FSSPX reconocida en Argentina: ¿qué significa? ¡Mucho más de lo que podría pensarse!

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 Artículo invitado por Don Pio Pace

Nos honra mucho publicar este nuevo artículo por un muy sabio, conocedor y altamente influyente clérigo, que escribe bajo el pseudónimo de Don Pio Pace.

A través de una decisión de la Secretaría de Culto de Argentina del 13 de marzo de 2015, la Sociedad de San Pio X (SSPX/FSSPX) fue reconocida en ese país como persona jurídica, como una asociación de la Iglesia Católica “acorde a lo establecido” por el derecho canónico y registrada en el Registro de Institutos de Vida Consagrada. Debe señalarse que los vínculos del concordato entre la Iglesia y el Estado en Argentina son muy fuertes. El Estado otorga todo tipo de beneficios a las actividades de culto, siempre y cuando las organizaciones que los proporcionan estén registradas, ya sea como Católicas o no-Católicas, pero de cualquier forma pertenecientes a una confesión reconocida. Esto presupone un reconocimiento administrativo, sin el cual estas son ilegales y pueden ser disueltas: para ser legales y jurídicamente competentes para celebrar contratos, poseer bienes, comparecer a juicio, etc., deben registrarse en el registro correspondiente.

La FSSPX, establecida por largo tiempo en Argentina, se benefició de un status quo de tolerancia, como una asociación cultural. Pero dado que sus actividades son confesionales, era de hecho una situación ilegal, que podría haber tenido graves consecuencias para sus obras (iglesias, capillas, prioratos, el seminario internacional de La Reja, escuelas), así como para la residencia en territorio argentino de los sacerdotes extranjeros de esa Sociedad, cuyas visas, debido a dicha ilegalidad, podrían siempre ser cuestionadas (tal fue el caso de la visa del Obispo Richard Williamson, ex miembro de la Sociedad y en ese entonces superior del Seminario de La Reja, la cual fue revocada tras las declaraciones que todos conocemos).

La entera dificultad para la FSSPXhabía sido que, a fin de ser reconocida por el Estado argentino como una asociación Católica que pudiera desarrollar culto público, apostolado y actividades relacionadas, tenía que ser presentada como tal por la jerarquía de la Iglesia, a cuyas declaraciones el Estado argentino siempre da crédito (como lo hacen todas las autoridades estatales en otros países con situaciones similares: lo que es considerado “Católico” por los Estados es lo que la jerarquía católica del país interesado reconoce de esa forma).

El Padre Christian Bouchacourt, actual superior del Distrito de Francia de la FSSPX, había iniciado las conversaciones a efecto de obtener este espacio religioso-administrativo cuando él era superior en Argentina. Fue ayudado, con relación a las visas de sus sacerdotes, por el Cardenal Jorge Bergoglio quien, contradiciendo al Nuncio Apostólico, atestiguó que la FSSPX sí era católica. Desde entonces, siempre ha mantenido esta posición, indudablemente porque cree que esta comunidad es lo suficientemente “periférica” como para no causar verdaderos problemas en la vida diaria de la diócesis, pero también porque ama, más que cualquier otra cosa, confundir las interpretaciones sobre cómo es visto.

La FSSPX, por tanto, continuó sus negociaciones, y el sucesor del Cardenal Bergoglio, el Cardenal Poli – sobre el cual se dice ampliamente que es sólo el “coadjutor” de Buenos Aires, pidiendo constantemente el consejo del Papa para la administración de su diócesis – otorgó su necesaria confirmación a las autoridades argentinas para que la Sociedad fuera de ahí en adelante reconocida como una persona jurídica “dentro de la Iglesia Católica”.

Reconocimiento al “estilo Chino”

Lo más interesante, de hecho, evidentemente es la confirmación del Cardenal Poli: como es claro desde el preámbulo del decreto de reconocimiento, solicitó que la Sociedad “sea tenida” como una Asociación de Derecho Diocesano, de conformidad con el Canon 298 del Código de Derecho Canónico, con la expectativa de que llegará a ser (in fieri de ser) una Sociedad de Vida Apostólica sin votos (una vieja categoría del Código de 1917 bajo la cual la FSSPX fue reconocida por el Obispo de Friburgo, Suiza, el 01 de noviembre de 1970, antes de su disolución), estatus que la Sociedad reclama de acuerdo a sus estatutos, aprobados por la autoridad eclesiástica.

Esto es, no sólo el Cardenal-Arzobispo de Buenos Aires otorgó una certificación pública de la catolicidad de la FSSPX, sino le confirió un estatus jurídico similar al de una asociación diocesana. Las asociaciones diocesanas, llamadas “asociaciones de fieles cristianos” (entre otras, las comunidades religiosas en formación hacen uso de este marco) “trabajando unidos, buscan fomentar una vida más perfecta, promover el culto público, o la doctrina cristiana, o realizar otras actividades de apostolado, a saber, iniciativas para la evangelización, el ejercicio de obras de piedad o de caridad y la animación con espíritu cristiano del orden temporal”. (Canon 298, 1)

Es absolutamente posible, en términos legales, considerar que el Cardenal Poli procedió así con lo que equivale a una especie de “erección” de una asociación diocesana para la FSSPX:

– Primero: porque le reconoce públicamente el carácter de católica, que se deriva usualmente de la erección prevista por el Canon 312;

– Segundo: porque clarifica lo que se entiende por “diocesano”;

– Tercero: y porque la asociación se propone enseñar la doctrina cristiana a nombre de la Iglesia y promover el culto público – que sólo puede ser el caso para asociaciones erigidas por la autoridad eclesiástica.

Pero suponiendo que esto no signifique nada, por lo menos quedaría que el Cardenal Poli considera a la FSSPX como una asociación Católica constituida por un acuerdo privado (Canon 299) a la cual le otorgó, excepcionalmente, derechos específicos.

Esto es un extraordinario paso jurídico. En lenguaje de los canonistas preocupados por el destino institucional de la FSSPX, el enfoque  “Chino” es recordado con frecuencia en este caso. El concepto se refiere al hecho de que, después de la caída de la cortina de hierro soviética y a pesar de la permanencia de una tiranía brutal en China, la Santa Sede ha tratado de esquivar el problema, basándose en el deseo de una buena porción de los miembros de la “Iglesia Patriótica” de retornar a Roma. Se podría sintetizar el intento de Roma de la siguiente manera: un número creciente de obispos nombrados por la “Iglesia Patriótica” han recibido secretamente (pero es un secreto a voces) “poderes” otorgados por Roma, esto es, investidura papal (véase, por ejemplo, este reporte de Sandro Magister).

En analogía, lo que pasa actualmente para la FSSPXes que, en ciertas diócesis, poderes para confesar, incluso permanentes, así como delegaciones canónicas para recibir el consentimiento matrimonial, incluso permanentes, son otorgadas en ocasiones a algunos sacerdotes de la Sociedad. En casos particulares, la incardinación canónica de sacerdotes de la FSSPX por autoridades diocesanas fue contemplada – dichos sacerdotes permaneciendo como miembros de esta comunidad y ejercitando su apostolado dentro de ella.

En la perspectiva de un reconocimiento canónico gradual, quizá también podríamos imaginar que los “poderes” sean provisionalmente otorgados a los obispos de la FSSPX, lo cual pudiera haber ya ocurrido en algunas ocasiones. Naturalmente, el reconocimiento canónico-administrativo en Buenos Aires – armado, absolutamente y sin lugar a dudas, por el mismo Papa – podría sentar un precedente y repetirse en esta o aquella diócesis para grupos de la FSSPX, o para comunidades amigables de religiosos o religiosas, escuelas, etc.

¿Menzingen aterrada?

Tan pronto como la noticia de esta intervención del Cardenal de Buenos Aires se hizo del conocimiento de un público más amplio, la Casa General de la FSSPX inmediatamente limitó su alcance. De acuerdo a un comunicado del 13 de abril de 2015, publicado por su agencia DICI, para propósitos internos esencialmente, Menzingen (La Casa General) afirma que “el documento del Cardenal Poli no tiene autoridad canónica”, y que todo ello “no es  más que un procedimiento estrictamente administrativo en el contexto restringido de la República de Argentina”. ¡Para que nadie piense, sobre todo, que podría ser un reconocimiento canónico puntual y parcial!

Una evidencia adicional de que, en este punto de la historia, el Obispo Bernard Fellay, Superior General de la FSSPX, tiene en sus manos todas las cartas para una regularización canónica completa, y de que algunos alrededor suyo  (¿probablemente algunos de la facultad del Seminario de Écône?) permanecen hostiles a cualquier regularización. ¿Es la oposición interna la que está impidiendo una acción adicional?

Padre Pio Pace

 [Traducido por Ramses Gaona. Artículo original]

Fellay encargado por la Santa Sede de procesar a uno de sus sacerdotes

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[Vatican Insider]

El superior de la Fraternidad San Pío X, fundada por Lefebvre, fue nombrado juez de primera instancia por la Congregación para la Doctrina de la Fe en el caso contra un sacerdote lefebvrista acusado por delitos graves

ANDREA TORNIELLI 

CIUDAD DEL VATICANO

Esto fue revelado por él mismo, en el transcurso de una homilía el 10 de mayo en una iglesia en Arcadia, California : el superior general de la Sociedad de San Pío X, el obispo Bernard Fellay fue encargado por la Congregación para la Doctrina de la Fe para juzgar en primera instancia un caso que involucra a un sacerdote lefebvrista. Los “delitos” que caen bajo la competencia del ex Santo Oficio son diversos y entre ellos el más común es el de abuso sexual de un menor. Fellay habló de este ejemplo, presentándolo como un caso de “contradicciones” de la Santa Sede a la sociedad.

“Estamos etiquetados como irregulares, en la mejor hipótesis. “Irregular” significa que no se puede hacer nada, y así, por ejemplo, se nos ha prohibido celebrar la misa en las iglesias de Roma para las Hermanas Dominicas que han hecho su peregrinación en febrero. Ellos dicen: “No, no se puede, porque usted es irregular.” Las personas que nos dicen pertenecen a la Pontificia Comisión Ecclesia Dei “.

“Ahora -añadió el obispo Fellay- a veces, por desgracia, incluso los sacerdotes hacen cosas estúpidas, y tienen que ser castigados. Y cuando el caso es muy, muy grave, debemos recurrir a Roma. Así lo hacemos. ¿Y qué hace la Congregación para la Doctrina de la Fe? Bueno, fui nombrado juez de este caso. Así que fui nombrado por Roma, por la Congregación para la Doctrina de la Fe, para hacer juicios, juicios canónicos de la Iglesia sobre algunos de nuestros sacerdotes que pertenecen a una sociedad para ellos (para Roma, nota del editor) inexistente. Y así, una vez más, una hermosa contradicción de verdad.”

Para la Fraternidad de San Pío X no es nuevo recurrir a las autoridades romanas en los casos de “delitos graves” y dispensa sacerdotal. Lo que es nuevo es el hecho de que esta vez el ex Santo Oficio, presidido por el cardenal Gerhard Ludwig Müller, decidió confiar al mismo Monseñor Fellay el juicio de primera instancia sobre el caso. Una señal que merece atención. El camino hacia la plena comunión con los lefebvristas continúa, según lo confirmado a Vatican Insider por el Arzobispo Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei: “La decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe no implica que los problemas aún existentes estén resueltos, pero es un signo de buena voluntad y magnanimidad. No veo ninguna contradicción, sino más bien un paso hacia la reconciliación “.

Como recordarán, llegó otra señal significativa en abril con la vía libre del arzobispo de Buenos Aires a los lefebvristas, que fueron registrados por el gobierno de Argentina como “asociación diocesana”. No hay que olvidar que en una gran peregrinación de la Sociedad de San Pío X, se le permitió celebrar la Eucaristía en la Basílica de Lourdes.

Entonces, ¿por qué Fellay habla de contradicción? Se refiere a la peregrinación a Roma en febrero pasado, a la que asistieron 1.500 fieles, organizada por las monjas dominicas que se adhieren a San Pío X. Se había solicitado, a través de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, poder celebrar una misa en el altar de la Cátedra, en la basílica vaticana. Las autoridades Ecclesia Dei habían considerado, en este caso, que la misa celebrada en San Pedro por un sacerdote lefebvrista antes que la solución de los problemas que aún existen con vista a la regularización canónica y a la plena comunión, sería una señal equivocada. Se propuso, sin embargo, con el acuerdo del Papa Francisco, que la misa en San Pedro se celebrara según el rito antiguo por un sacerdote de Ecclesia Dei. Pero las autoridades de San Pío X declinaron la oferta.

En todo caso, la designación de Fellay como juez de primera instancia por la Congregación para la Doctrina de la Fe prueba que el diálogo está dando pasos adelante.

[Traducido por Non Possumus]

Ecclesia Dei confirma delegación al Superior de la FSSPX para juzgar

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El Secretario de Ecclesia Dei confirma delegación vaticana al Superior General de la FSSPX para juzgar sacerdotes de la Sociedad.

La revelación provino del mismo Superior General hace pocos días, en un sermón con motivo de una visita a Arcadia, California; y el Arzobispo Guido Pozzo, Secretario de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei lo confirmó ayer a “La Stampa Vatican Insider”.

Aquí publicamos los pasajes principales para el registro de los eventos actuales:

[El Obispo Fellay] lo anunció él mismo durante el transcurso de un sermón en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles en Arcadia, California, el 10 de mayo de 2015: la Congregación para la Doctrina de la Fe ha designado al Superior General de la Fraternidad de San Pío X (FSSPX), Obispo Bernard Fellay, como juez de primera instancia en casos concernientes a sacerdotes Lefebvrianos. Lo que anteriormente se denominaba el Santo Oficio, este se encarga de ciertos asuntos de “delicta graviora”. El que surge con mayor frecuencia es el que tiene que ver con el abuso sexual de menores. Fellay presentó esto como ejemplo de las “contradicciones” en el enfoque de la Santa Sede hacia la Fraternidad.

“Se nos denomina en la actualidad como irregulares, en el mejor de los casos. ‘Irregular’ significa que no puedes hacer nada y, por ejemplo, nos han prohibido decir la misa en las Iglesias de Roma para las hermanas dominicas que tuvieron su peregrinación a Roma en febrero. Ellos dicen: ‘No, no pueden, porque son irregulares’. Y los que dicen esto, son de [la Comisión Pontificia] Ecclesia Dei.”

Lo que es nuevo en este caso es que el anteriormente Santo Oficio, encabezado por el Cardenal Gerhard Ludwig Müller ha decidido encargar el asunto al mismo Monseñor Fellay, haciéndolo juez de primera instancia. Una expresión de atención. Un signo de que el camino hacia la plena comunión con los Lefebvrianos continua, como lo confirmó el Arzobispo en un comunicado al “Vatican Insider”. El Arzobispo, quien también es Secretario de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, dijo: “La decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe no implica que los problemas existentes se han resuelto, pero es un signo de benevolencia y magnanimidad.  No veo contradicción en esto, más bien, un paso hacia la reconciliación.” (Fuente)

La declaración del Obispo Bernard Fellay está disponible en el video, del sermón dado el 10 de mayo (en Inglés, naturalmente) – la declaración específica empieza después del minuto 31:00.

[Traducido por Ramses Gaona. Artículo original]

Para algunos no hay misericordia

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La peregrinación a Roma organizada en febrero de este año 2015 por las hermanas Dominicas de Fanjeux, una orden de religiosas vinculada a la Hermandad Sacerdotal San Pío X, se topó con una mezquindad fuera de lo común en el aparato diplomático del Vaticano. Resumo los hechos pertinentes a partir de un escrito del P. Simoulin, capellán de las Dominicas de Fanjeux.

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La peregrinación fue esmeradamente preparada con dos años de anterioridad. Se enviaron cartas a todas las autoridades relevantes, solicitando permiso para decir Misa en las grandes basílicas romanas (permiso que se suele conceder de oficio a todo tipo de grupos), y todo parecía estar en orden, cuando en noviembre de 2014 recibieron una carta del Cardenal Comastri retirando su permiso para decir Misa en las basílicas papales a los sacerdotes de la HSSPX. El argumento esgrimido era que carecían de “plena comunión”, algo que, dicho sea de paso, no parece ser un obstáculo cuando las autoridades vaticanas se juntan con cismáticos de oriente, luteranos o quienquiera se preste a sus actividades ecuménicas. Lo máximo que el Vaticano pudo hacer para las hermanas fue ofrecerles sacerdotes “en plena comunión” para ofrecer las Misas que deseaban.

Las hermanas escribieron una carta al Santo Padre, suplicándole con expresiones de devoción filial una solución a este problema, para que los mismos sacerdotes que instruían y administraban los sacramentos a las niñas de la peregrinación pudieran oficiar las Misas en Roma. El Papa no se dignó ni en responder a esta carta. ¡Estaría muy ocupado respondiendo a cartas de transexuales, sodomitas o adúlteros! Por desgracia, queda cada vez más claro que la “misericordia” de Francisco es solamente para los que odian la Verdadera Iglesia Católica; para los fieles católicos que aman la Tradición (que él tiene el deber sagrado de proteger), ni agua.

Pero allí no acabó la cosa. El mismo secretario de no sé qué oficina vaticana, que estaba demasiado ocupado para reunirse con la Madre Superiora de las Dominicas cuando viajó a Roma, encontró el tiempo para escribir un fax a Monseñor Fellay, Superior General de la HSSPX, que no tiene absolutamente nada que ver con la organización de la peregrinación a Roma, pidiéndole explicaciones sobre la misma.

Ante semejante desprecio las hermanas decidieron alquilar un local apropiado en Roma para la celebración de sus Misas. Hay que recalcar que ninguna iglesia de Roma (no sólo las cuatro grandes basílicas) se podía prestar a la peregrinación de las Dominicas de Fanjeux, si quien oficiaba era sacerdote de la HSSPX. Según el secretario de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, el permiso que se había concedido a la HSSPX de decir Misa, por ejemplo, en el santuario de Lourdes era excepcional, y no se podía aplicar al caso de las basílicas papales. El P. Simoulin duda seriamente que en Roma no sea “excepcional” una peregrinación de 200 religiosas y unas 1000 niñas con sus padres y amigos, todos perfectamente ordenados, limpios y educados.

Continua diciendo que en el Vaticano la política ha sustituido a la caridad. La aplicación estricta del derecho canónico, que a nadie le importa ya y que el mismo Papa se pasa por el forro a diario, es la única respuesta que pueden dar a la HSSPX. Lavar los pies a una musulmana el Jueves Santo: ¡ningún problema! Llamar a una divorciada que se ha vuelto a casar y decirle que puede comulgar sacrílegamente: ¡ningún problema! Conceder las más altas condecoraciones de la Iglesia a masones y judíos: ¡ningún problema! Todo eso es “misericordia”, el nuevo concepto de misericordia de Bergoglio. Esta nueva “misericordia” nada tiene que ver con la auténtica, porque en vez de sostener la fe, la socava; en vez de apoyarse en la Tradición de la Iglesia, es absolutamente contraria a ella. Pero resulta rentable, porque recibe el aplauso del mundo (y de los católicos papólatras).

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Con estos sí que hay tiempo de charlar

Ahora a esta lista escandalosa hay que añadir la invitación a un encuentro que hizo Francisco al activista homosexualista, Simón Cazal, líder del grupo paraguayo SOMOSGAY, durante su visita a América del Sur en julio de este año. Denuncio, igual que hizo Antonio Socci en su momento, que Francisco no quiso reunirse con el marido y los hijos de Asia Bibi, la mujer católica pakistaní, encarcelada por su fe. No ha hecho ninguna invitación pública al marido de Asia Bibi; su familia no ha recibido llamadas telefónicas de Su Santidad. Su “apoyo” a la causa de esta mártir del siglo XXI, tras el viaje de su familia y toda la campaña de firmas por parte de organizaciones católicas, se limitó a un frío saludo en uno de sus paseos triunfales por la Plaza de San Pedro.

Digo esto para que mis lectores no piensen que me enfado por la situación de injusticia que sufre la HSSPX por razones partidistas. Lo que ocurrió con las hermanas de Fanjeux es sintomático de todo lo que ocurre en Roma, ahora que tenemos a un Papa que se lleva mejor con políticos abortistas y neo-marxistas, con rabinos, sodomitas y ateos, que con católicos que sufren por su fidelidad a Nuestro Señor Jesucristo.

Vergüenza, Vergüenza, Vergüenza.

Para no terminar en una nota negativa, ofrezco para la edificación de mis lectores un vídeo de la peregrinación que, a pesar de la mala dispocición de la autoridades vaticanas, se llevó a cabo con gran alegría.

¡Gracias a Dios por estas hermanas y la labor que hacen con tantas niñas!

Christopher Fleming

Superior FSSPX: “Francisco nos considera verdaderamente como católicos”

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El sábado 27 de junio, el diario francés conservador Présent publicó una entrevista al Superior General de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X (FSSPX / SSPX), Mons. Bernard Fellay, sobre la evolución sorprendentemente positiva para la sociedad bajo el pontificado de Francisco, y lo que espera para el futuro.

Con ocasión de la ceremonia de bendición de las campanas de la capilla de la escuela Saint-Michel de La Martinerie, en Châteauroux, Mons. Fellay ha puntualizado para Présent la situación de la Fraternidad San Pio X, de la cual es el Superior general.

En una entrevista a Fideliter en 2001, usted evocó “el movimiento de profunda simpatía para el clero joven hacia la Fraternidad”. Este movimiento ¿se ha amplificado, especialmente debido al motu proprio de 2007?

¡Sin ninguna duda! Este movimiento recibió un nuevo impulso con el motu proprio. También es importante insistir sobre el interés de Benedicto XVI hacia la liturgia de una manera general. Él verdaderamente quiso poner a disposición de los sacerdotes y los fieles toda la liturgia tradicional, no solamente la misa, lo cual no se ha realizado hasta hoy a causa de demasiadas oposiciones. Sin embargo, la juventud, precisamente porque esta liturgia es atemporal, se reconoce en ella. La Iglesia vive en la eternidad. También la liturgia, por eso ella siempre es joven. Cerca de Dios, ella no pertenece al tiempo. Por lo tanto no es sorprendente que el carácter bautismal haga resonar esta armonía, incluso en las almas que jamás la conocieron. La manera en que reaccionan los jóvenes sacerdotes que descubren esta liturgia es, por otra parte, emocionante: tienen la impresión que se les ha ocultado un tesoro.

La Fraternidad ha sido reconocida oficialmente como católica por el Estado Argentino con la ayuda del cardenal Bergoglio quien luego se convirtió en el papa Francisco. ¿Esto solo tiene una importancia administrativa o es más revelador?

Encontramos por principio un efecto jurídico, administrativo, sin tener una implicación sobre el estado de las relaciones generales de la Fraternidad con, digámoslo así para simplificar, la Iglesia oficial. Pero el segundo efecto es difícil de evaluar correctamente. No hay duda sobre el hecho que el papa Francisco, entonces cardenal Bergoglio, prometió ayudar a la Fraternidad a obtener el reconocimiento por el Estado argentino de nuestra sociedad como católica, y cumplió su promesa. Esto nos obliga a pensar que él nos considera verdaderamente como católicos. 

En el mismo orden de ideas, usted ha sido nombrado juez de primera instancia por el Vaticano para el proceso de un sacerdote de la Fraternidad. ¿No podemos ver allí un signo de benevolencia?

Esto no es nuevo sino que existe desde hace más de diez años. Se trata efectivamente de una señal de benevolencia y de sentido común. Esto es lo que se observa en la Iglesia romana a través de su historia: su realismo, capaz de sobrepasar los problemas canónicos, jurídicos, para encontrar soluciones a problemas reales. 

Usted evocó, en su Carta a los amigos y benefactores, los « mensajes contradictorios » provenientes de Roma. ¿Qué entiende usted por eso?

Pienso en la manera en la que una sociedad que estaba en vías de aproximación hacia la Tradición ha sido tratada o  maltratada: los Franciscanos de la Inmaculada. O a las maneras diversas en que nos trata una instancia romana con relación a otra: la Congregación para los religiosos, por ejemplo, nos considera todavía como cismáticos (declaró excomulgado, en 2011, a un sacerdote que se unió a nosotros), mientras que tal no es el caso de otras congregaciones o del Papa mismo, como hemos dicho. 

«Pesimista», «cerrado a los demás», «piensan que solo los fieles de la Fraternidad se salvan»: a veces ustedes han sido evocados así. ¿Qué responde usted? ¿Qué es para usted el espíritu misionero?

Yo no me reconozco en estas burlas. Una firmeza en la doctrina es, ciertamente, necesaria, pues la fe no se negocia. La fe ha sido toda dada por el Buen Dios y no tenemos el derecho de hacer una selección entre las verdades reveladas. Recordar estas exigencias actualmente sienta mal, como esto siempre ha sido más o menos el caso. La expresión “combate de la fe” forma parte de la historia de la Iglesia.  Forzosamente, el misionero deberá hacer resonar esta voz de la fe en el exterior, procurando fortificar a los que ya la tienen. No es posible dirigirse sólo a los fieles de la Fraternidad. La antorcha ilumina el mundo, la luz de la fe ilumina cálidamente. La fe debe ser llevada por la caridad: así es como veo al misionero.

Hace algunas semanas, los seminarios de la Fraternidad recibieron la visita de enviados del Vaticano, el cardenal Brandmüller, Mons. Schneider. Estas visitas constituyen un lazo público con “la Iglesia oficial”. ¿No es esto vital?

El lazo con la Iglesia es vital. La manifestación de este lazo puede variar. Las fechas y los lugares de estas visitas han sido dejadas a mi elección, el Vaticano ha propuesto los nombres. Yo he elegido los seminarios, lo que me pareció, para los obispos, lo más elocuente y lo más representativo.

¿Cuáles fueron las reacciones « en vivo » de estos Obispos?

Ellos se mostraron muy satisfechos. “Ustedes son gente normal”, nos dijeron… ¡lo que muestra la reputación que nos han hecho!  Nos han felicitado por la calidad de nuestros seminaristas. Sin ninguna duda ellos concluyeron en este primer contacto cercano que nosotros somos una obra de la Iglesia. 

¿Tiene usted contactos con los obispos que los apoyan discretamente?

¡Por supuesto! Si vemos que los sacerdotes se acercan a nosotros hoy, si ellos tienen contactos con nosotros, podemos concluir fácilmente que en el nivel superior debe ser casi lo mismo… 

En la entrevista ya mencionada de 2001, usted declaró: “Si hay una oportunidad, una sola, de que los contactos con Roma puedan hacer regresar un poco más de Tradición en la Iglesia, pienso que debemos aprovechar la ocasión”. ¿Es esta todavía su línea?

Esta sigue siendo nuestra línea, incluso si no podemos decir que sea fácil, notablemente a causa de las disensiones abiertas en el seno del mismo Vaticano. Estas relaciones son delicadas, pero este punto de vista sigue siendo válido y confirmado en los hechos. Se trata de un trabajo discreto, en medio de oposiciones bastante fuertes. Algunos trabajan en un sentido, otros en sentido contrario. 

El papel de contrapeso de la Fraternidad en el mismo interior de la Iglesia ¿no es importante?

Este papel no es nuevo. Mons. Lefebvre lo comenzó y nosotros lo continuamos. Se constata la irritación de los modernistas ante las medidas tomadas por Benedicto XVI, lo vemos claramente.

¿Dónde está la Fraternidad hoy? ¿Cuáles son sus puntos fuertes, sus puntos débiles? ¿Cómo ve su futuro?

Yo veo su futuro serenamente. Es una obra depositada en el Sagrado Corazón y el Corazón inmaculado de María, todo es el ser fiel a su Voluntad. 

Esta Iglesia es la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, que sigue siendo el jefe y que no permitirá su destrucción. 

¿Las debilidades de la Fraternidad? El riesgo de separación, que es grave. Vea por ejemplo la caricatura de la Tradición que se hace llamar la “Resistencia”: se trata de un espíritu no católico, cuasi sectario, lo que nosotros no queremos, un movimiento que permanece replegado en sí mismo, con gente que piensan que ellos son los únicos buenos, los únicos justos sobre la tierra: esto no es católico.

Se trata de un peligro objetivo, pero relativo. La gran parte de la Fraternidad está sana y no quiere zozobrar en estas ilusiones. Esto nos lleva a apoyarnos en los medios sobrenaturales. Lo que el Buen Dios quiera de nosotros, nos lo mostrará, Él hablará a través de las circunstancias. 

¿Los puntos fuertes? La fidelidad viviente, que trae frutos y muestra al mundo de hoy que la vida católica, con todas sus exigencias, es posible. Pero –otro punto débil- nosotros somos gente de este tiempo, pretender estar inmunes a toda influencia del mundo moderno es quimérico. Más precisamente, hay que evitar el peligro de una caricatura, de desear ver a la Iglesia, aquí abajo, sin arruga ni mancha: esto no es lo que Dios nos prometió en esta tierra. No es esto lo que significa “la Iglesia santa”, esto quiere decir que ella es capaz de santificar por los medios dados por Nuestro Señor: los sacramentos, la fe, la disciplina, la vida religiosa, la vida de oración.

¿Qué piensa usted de la proposición del cardenal Sarah de introducir el ofertorio tradicional en la nueva misa?

Esta idea no es nueva, hace ya unos diez años que circula en Roma. Estoy feliz que sea retomada. Algunos critican esta proposición diciendo que sería mezclar lo sagrado con lo profano. Al contrario, en una perspectiva de saneamiento de la Iglesia, pienso que esto constituiría un gran progreso, porque el ofertorio es un resumen de los principios católicos de la misa, del sacrificio expiatorio ofrecido a la Santísima Trinidad, dirigido hacia Dios en reparación de los pecados por el sacerdote, acompañado de sus fieles. Y esto llevaría gradualmente a los fieles hacia la misa tradicional que perdieron. 

¿Cómo desea concluir Monseñor?

Para mí, estamos en la víspera de acontecimientos graves sin poder definirlos bien. Yo llamo a la oración y quiero terminar con una mirada hacia el Buen Dios, lo que siempre nos permite conservar la esperanza. 

[Artículo original]

Card. Müller sobre la FSSPX: el Papa quiere seguir adelante con tenacidad

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Katholisch.de [Sitio Oficial de la Conferencia Episcopal Alemana]
03 de agosto 2015
Pregunta: Hace tiempo que no hay noticias respecto a la Fraternidad de San Pío X. ¿Se han suspendido o pospuesto los intentos para lograr un acuerdo?

Müller: Respecto a esta cuestión no hay avances sustanciales. El Santo Padre desea que sigamos intentándolo: “con tenacia e pazienza” -“con tenacidad y paciencia”. La precondición para una reconciliación completa es la firma de un preámbulo doctrinal para garantizar un total acuerdo en las cuestiones esenciales de la Fe. En los meses pasado se han producido varios encuentros de diferentes formar que están destinados a fortalecer la mutua confianza.

El Papa concede validez y licitud a las confesiones de la FSSPX en el Año de la Misericordia

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El Papa ha concedido validez y licitud a las confesiones oídas por Sacerdotes de la Fraternidad San Pío X durante todo el Año de la Misericordia, a la vez que confía “en que en un futuro próximo podemos encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y superiores de la fraternidad”. Este importante gesto de acercamiento, sin duda, supone una nueva “señal” de que van fructificando los contactos discretos para la regularización canónica de la obra fundada por Monseñor Lefebvre.

 

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
CON QUE LE DA la indulgencia
EN JUBILEO ESPECIAL DE LA MISERICORDIA

[extracto]

“Una última consideración se da a los fieles que, por diversas razones sienten que asisten a las iglesias oficiadas por los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X. Este Año Jubilar de la misericordia no excluye a nadie. Desde diferentes partes, algunos compañeros obispos me han dicho de su buena fe y la práctica sacramental, mezclado a la incomodidad de vivir una condición pastoralmente difícil. Confío en que en un futuro próximo podemos encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y superiores de la fraternidad. Mientras tanto, impulsado por la necesidad de coincidir con el bienestar de estos fieles, por mi propia mano establezco que muchos durante el Año Santo de la Misericordia se acercan a celebrar el Sacramento de la Reconciliación a los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados.”


Misericordia con cicuta

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Los cuentos que se narraban a los niños en años pretéritos, educaban en las virtudes cristianas, ensalzaban a los héroes que luchaban con valentía por una noble causa, o ponían como modelo a los santos que habían abandonado todo por amor a Dios y brillaban por sus virtudes. Todavía no había llegado esta época gloriosa que sufrimos, en la que se escriben cuentos para niños aclarando lo que es una familia con una mamá y otra mamá, o unos papás que son papá y papá, o unos hermanitos que nacieron en una probeta, o unos titos que eran tito y tita, pero se cambiaron y ahora son tita y tito. En aquellos cuentos de toda la historia anterior a este dichoso siglo XXI, ya felizmente liberado de tabúes y de imposiciones culturales, desprendido de una educación impuesta por un cristianismo totalitario e impositivo, no habría cabido la historia del Piccolo uovo y del pingüino desubicado que tanto ha dado que hablar, explicar, desdecir, desmentir y disimular las pasadas semanas. piccoloAquellos cuentos de antaño se remontaban algunos siglos atrás hasta los Hermanos Grimm o los cuentos populares, o mucho más atrás hasta las fábulas de Esopo que luego los españoles Samaniego o Iriarte supieron transcribir e imitar.

Pues bien. Una de las enseñanzas habituales de los citados cuentos era siempre el intento de educar a los niños para que supieran distinguir la verdad de la mentira; la bondad de la maldad; las apariencias de la realidad. De ahí que se les advirtiera que debían llevar cuidado, porque la abuelita de Caperucita, tan enfermita ella y con su camisón puesto, bien podía ser el Lobo Feroz; o que aprendieran de las precauciones que llevaban los Tres Cerditos con los que llamaban a la puerta con voz débil y suave, porque también podía ser el Lobo. O que desconfiaran de las viejecitas que ofrecían generosamente manzanas muy grandes y apetitosas, pues bien podían ser el Hada Malvada que quería destruir a Blancanieves. O que fueran cautelosos ante la Madrastra que trataba muy bien a Cenicienta en presencia de su papá, pero en cuanto éste se daba la vuelta, la ponía a fregar suelos y la maltrataba sin misericordia.

O sea, que se enseñaba a los niños que las cosas no siempre son lo que parecen y hay que ser precavidos. Gracias a eso, muchos héroes de los cuentos se salvaban, con el consiguiente final feliz. Porque esta es otra: aquellos cuentos tenían final feliz, o sea, que brillaba la verdad, triunfaba la bondad y los malos se iban a freír espárragos sumergidos en un castigo muy merecido. Bien podríamos decir que estos cuentos se añadían a esa sabiduría popular que los abuelos enseñaban a sus nietos y los padres a sus hijos para que no se la pegaran fácilmente. Dicho en paladino romance: Hijo mío, estáte alerta y espabila para que no te la peguen o para que no te den gato por liebre. Cuántas veces me repetiría eso mi abuela, una mujer ruda pero sabia y nada alelada ante la realidad.

Nuestro Señor nos proveyó también de jugosas sentencias, intentando provocar en los cristianos el espabilamiento para no dejarse engañar: Cuidad que nadie os engañe. O para que empleáramos la astucia y no nos fiáramos facilonamente de cualquiera: Sed sencillos como palomas, pero astutos como serpientes. O para que supiéramos descubrir cuándo un sepulcro blanco por fuera podría estar repleto de podredumbre por dentro. O cuando una ovejita claramente aderezada de lana, pudiera ser un auténtico lobo.

Algunos de mis novicios dicen que yo me paso de mal pensado y suspicaz. Tienen mucha razón, pero la verdad es que prefiero pasarme por ese lado, antes que convertirme en un ingenuo-pazguato-crédulo que se trague las informaciones tal cual. Y más en este mundo en que vivimos, en el que se transmite justamente lo que se quiere que el oyente crea. Nuestro sabio refranero lo expresa muy bien al recordarnos que no es oro todo lo que reluce, que donde menos se piensa, salta la liebre, o si piensas mal, acertarás.

La verdad es que después de dos años y medio de desatinos y desgarros en la Cristiandad, en que se han puesto entre paréntesis doctrinas pacíficamente admitidas por los católicos desde siempre, no me fío ahora de las posibles buenas acciones. Y se han puesto entre paréntesis por medio del cotilleo periodístico, alentado e insuflado desde arriba, promoviendo encuestas entre los cristianos para ver qué piensan que se debe hacer con la Ley Divina. Lo siento, pero no me fío. Era el Señor también quien nos decía que al árbol se le conoce por sus frutos y no se puede esperar un fruto bueno de un árbol malo. Y yo, francamente, si me encuentro en el huerto del convento un árbol que tiene todos los frutos malos, no me arriesgo a comerme un fruto chiquitín, aunque aparentemente se encuentre en buen estado. Que lo coma quien quiera, pero yo no.

La misericordia se puede servir en bandeja de plata, pero puede llevar unos cuantos gramos de cicuta. Yo veo que la decisión de legalizar las confesiones de los sacerdotes de San Pío X, no ha hecho otra cosa que armar lío. También aquí se puede aplicar el divide y vencerás de los romanos, adoptado después por Maquiavelo. El espectáculo de división ha estado muy bien servido en el mundillo bloguero: los que acatan el comunicado con sumisión, los que lo celebran con alegría, los que lo celebran con no tanta euforia, los que dicen que no añade nada, los que piensan que no hacía falta y los que acusan de traidores a los que lo celebran. La verdad es que el espectáculo ha sido genial, mientras la prensa y los medios progresistas alaban una vez más esta especial misericordia que abre la puerta a los recalcitrantes, mientras éstos siguen en sus trece y se tiran los trastos entre ellos.

Cui prodest?, se preguntaban también los romanos. ¿A quién beneficia esto?, le decía yo a mis novicios ingenuos. Quienes ya se confesaban con estos sacerdotes, seguirán confesándose y los que no se confesaban no creo que los busquen para confesarse (teniendo a mano otro confesor de manga algo más ancha). ¿Algún infocatólico buscará confesión entre los lefevbrianos? ¿algún lector de religiondigital irá en busca de un píodécimo? ¿algún obispo cederá los confesionarios de su catedral para que estos sacerdotes puedan dar la absolución? ¿qué le pasará a un seminarista de cualquier diócesis española (pongo por caso) que diga que se ha confesado con uno de la Fraternidad San Pío X? ¿algunos de los frailes que conozco bien, pedirán confesión a éstos? ¿podrán entrar en algún convento de monjas si alguna de la comunidad desea confesarse con ellos?

Francamente, no lo creo.

Pero mientras tanto, ha quedado claro que la misericordia es para todos. Y aplicando una vez más la sospecha de los frutos en el arbolito, pienso que lo que se quiere transmitir es esto: que así como hemos tenido misericordia con los raritos de la Fraternidad de San Pío X, la tenemos que tener también con los divorciados vueltos a casar. O con la autora del cuento del Piccolo Uovo. O con el Obispo que defiende a los homosexuales flamantemente recibido en audiencia.

En el conocido cuento, las ovejitas querían ver la patita por debajo de la puerta para comprobar si era su mamá la que llamaba. No eran tontas. No se fiaban de la voz suave, ni de la piel de oveja, y sabían muy bien que las garras de las patas son difíciles de ocultar.

Y es que hay cariños que matan, y caramelos envenenados. Hay misericordias para cambiar la ley divina y misericordias aderezadas con cicuta para armar lío.

Fray Gerundio

Confesiones Válidas y lícitas. El Papa y la FSSPX: consulta a un canonista

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La web Chiesa e post concilio ha consultado al canonista Fabio Aderno, conocido por ser el abogado más joven del Tribunal Apostólico de la Rota Romana, sobre la situación de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X tras los últimos acontencimientos. Ofrecemos un extracto de su respuesta.

[Chiesa e post concilio, Extracto] Con la carta del 1° de septiembre de 2015 enviada a Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, el Santo Padre Francisco ha dispuesto que en el Año Jubilar extraordinario de la Misericordia, que las confesiones administradas por los sacerdotes de la FSSPX, fundada por Mons. Marcel Lefebvre, sean no solo válidas sino también lícitas.

El Codex Iuris Canonici, en su título IV, cap. II (De sacramenti poenitentiae ministro) del Libro IV (De Ecclesiae munere sanctificandi) trata de la facultad para conferir válidamente la absolución y declara que “Sólo el sacerdote es ministro del sacramento de la penitencia”. (can 965), especifica que se requiere que el ministro, además de la potestad de orden, tenga facultad de ejercerla (cfr. can. 966, §1), sea ipso jure o mediante concesión de la autoridad eclesiástica competente (el Ordinario del lugar o el Superior religioso cfr. cann. 966, §2 y 969), quedando a salvo el principio de derecho divino de acuerdo al can. 976 que establece que en peligro de muerte “todo sacerdote, aun desprovisto de facultad para confesar, absuelve válida y lícitamente […] aunque se encuentre presente un sacerdote aprobado”.

Este es el pasaje de la carta papal: “Una última consideración se dirige a los fieles que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X. Este Año jubilar de la Misericordia no excluye a nadie. Desde diversos lugares, algunos hermanos obispos me han hablado de su buena fe y práctica sacramental, unida, sin embargo, a la dificultad de vivir una condición pastoralmente difícil. Confío que en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y los superiores de la Fraternidad. Al mismo tiempo, movido por la exigencia de corresponder al bien de estos fieles, por una disposición mía establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados”.

Se trata de un “gesto paternal” –para utilizar la feliz expresión que se encuentra en el comunicado oficial de la Casa General de la FSSPX –que abre además un abanico de reflexiones de orden no solo pastoral sino también jurídico-canónico.

La disposición pontificia expresada por Papa Francisco con un acto formal resulta ser un sustancioso paso hacia adelante para las relaciones entre el Santa Sede y la Fraternidad, confiadas en 1988 a la actividad de una Comisión específica dependiente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, (La Comisión Pontifical Ecclesia Dei), e implícitamente hace sacar algunas conclusiones significativas.

  1. La FSSPX no es considerada externa a la Iglesia Católica. Esta tesis, sostenida por el Superior y los sacerdotes de la comunidad fundada por Mons. Lefebvre, encuentra en la paterna solicitud del Papa Francisco una confirmación, que sigue al acto de graciosa benevolencia del Papa Benedicto XVI que quiso, con decreto de la Congregación para los Obispos del 21 de enero de 2009, remover la pena de excomunión latae sententiae a los cuatro Obispos de la Hermandad consagrados en 1988 por los hoy difuntos Mons. Lefebvre y Mons. De Castro Mayer. El hecho de que el Sumo Pontífice disponga de motu propio una norma respecto a una comunidad específica, es una expresión plena de su jurisdicción inmediata y universal, considerándola en el álveo de la Iglesia Católicos sub Petro. No habría tenido, en efecto, ningún sentido que el Papa hubiera dispuesto una materia específica a destinatarios que permanecen en un estado de exclusión de la comunión eclesial o que fueran ajenos a la jurisdicción eclesiástica ordinaria. El hecho que el Papa les dirige a los Sacerdotes de la Hermandad una disposición específica es claro índice de que están  subiecti Pontifici. Por otra parte, ya escribió Benedicto XVI: “¿Puede dejarnos totalmente indiferentes una comunidad en la cual hay 491 sacerdotes, 215 seminaristas, 6 seminarios, 88 escuelas, 2 institutos universitarios, 117 hermanos, 164 hermanas y millares de fieles? ¿Debemos realmente dejarlos tranquilamente ir a la deriva lejos de la Iglesia? Pienso por ejemplo en los 491 sacerdotes. No podemos conocer la trama de sus motivaciones. Sin embargo, creo que no se hubieran decidido por el sacerdocio si, junto a varios elementos distorsionados y enfermos, no existiera el amor por Cristo y la voluntad de anunciarlo y, con Él, al Dios vivo. ¿Podemos simplemente excluirlos, como representantes de un grupo marginal radical, de la búsqueda de la reconciliación y de la unidad? ¿Qué será de ellos luego?” (Carta a los Obispos sobre la remisión de la excomunión a los cuatro obispos consagrados por Monseñor Lefebvre, 10 de marzo de 2009).
  1. Con la disposición pontificia -aunque ad tempus- falla, de facto, el estado de irregularidad canónica que ha atravesado objetivamente la Fraternidad. Benedicto XVI, en la citada carta a los Obispos, escribió: “El hecho de que la Fraternidad San Pío X no posea una posición canónica en la Iglesia, no se basa al fin y al cabo en razones disciplinares sino doctrinales. Hasta que la Fraternidad no tenga una posición canónica en la Iglesia, tampoco sus ministros ejercen ministerios legítimos en la Iglesia. Por tanto, es preciso distinguir entre el plano disciplinar, que concierne a las personas en cuanto tales, y el plano doctrinal, en el que entran en juego el ministerio y la institución. Para precisarlo una vez más: hasta que las cuestiones relativas a la doctrina no se aclaren, la Fraternidad no tiene ningún estado canónico en la Iglesia, y sus ministros, no obstante hayan sido liberados de la sanción eclesiástica, no ejercen legítimamente ministerio alguno en la Iglesia”. Hoy pues, más allá de las metas de pacificación doctrinal de las relaciones entre la Hermandad y la Santa Sede, está claro que no sólo el reconocimiento de la validez -canónicamente siempre extra controversiam, fuera de discusión- sino también de la licitud de la administración del sacramento de la penitencia, se erige como un punto de no retorno en la “cuestión lefebvriana, porque, mirando más allá la relaxatio disciplinae hecha por la disposición pontificia  “durante el Año de la Misericordia”, es evidente que ya se han sentado las bases para un reconocimiento concreto de la jurisdicción que la Sociedad ha considerado siempre  tener  ratione status necessitatis de acuerdo a las Normas Generales del Código de Derecho Canónico y de los principios fundamentales de la teología moral como «Lex positiva non obligat cum gravi incommodo»: en presencia de un grave inconveniente hacia cualquier ley puramente positiva, (es decir humana, no la ley natural o la divina) dejan de obligar.
  1. En la carta a Mons. Fisichella, el Papa Francisco auspicia el retorno a la plena comunión, aunque de hecho con su gesto paterno ya se ha pronunciado al respecto. En el ordenamiento canónico, la cuestión de la relación entre la potestad del orden y la potestad de jurisdicción tiene siglos, y ciertamente este no es el lugar oportuno para disertar al respecto: se ve con clara evidencia que el intentio Summi Potificis de pacificación –en continuidad con la extraordinaria obra de caridad eclesial querida e implementada por Benedicto XVI- es la resolución del problema tanto canónico como doctrinal, y con su decisión se crea un precedente que no es poca cosa. El reconocimiento de la validez de las confesiones está, de hecho, basado en dos argumentos: el primero se refiere a la disposición de los fieles que devotamente asisten a las capillas e iglesias de la FSSPX; el segundo es la potestad sacerdotal plena reconocida a los sacerdotes de la Fraternidad.
  1. De hecho el Papa escribe: “movido por la exigencia de corresponder al bien de estos fieles, por una disposición mía establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados” (subrayados nuestros). En nuestro caso, de hacho, se trata de una disposición, por así decirlo, que “de reflejo” se refiere a la Fraternidad desde un punto de vista institucional, porque “se dirige a los fieles que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X”. Con esta expresión, el Papa, saltem implicite, trata el argumento del estado de necesidad o en todo caso de la dificultad pastoral de un número -considerable- de fieles católicos que se sienten ligados a la Tradición, o en particular a la Fraternidad. El Santo Padre cuida de ellos, no los considera extra Ecclesiam, no los define ni excomulgados ni cismáticos (como frecuentemente, sumaria e incautamente alguno los define) sino que más bien los tranquiliza espiritualmente asegurando la licitud de sus confesiones, a fin de gozar de la Indulgencia jubilar. “De reflejo” -decía – los sacerdotes de la fraternidad que administran el sacramento actúan de manera no sólo válida sino también lícita, porque en ellos se presupone la existencia ontológica de la potestad de jurisdicción y no sólo del orden (nunca puesto en tela de juicio), que ahora, sin embargo se ejercen abiertamente en forma conjunta, con la anuencia del Romano Pontífice, teleológicamente ordenado a conseguir la salus animarum, que en la iglesia es suprema lex (véase can. 1752 CIC).

La carta papal confirma, pues, la vía de pacificación sabiamente construida y ampliamente surcada por el Papa Benedicto XVI en el curso de su Pontificado.

Fabio ADERNÒ

[Traducción y extracto tomado de Non Possumus. Negritas del traductor]

Una Jugada Maestra

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Según un dicho pronunciado por Jesucristo, ningún árbol malo da frutos buenos (Mt 7:11). Y no añadió excepción alguna a tal declaración. Pero si los hombres buenos de la actual generación, mucho más ingenuos que perspicaces, hubieran puesto atención a esas palabras, habrían comenzado por adoptar una actitud prudente al observar la aparición de un acontecimiento que se sale de lo ordinario, y en vez de dar saltos de entusiasmo habrían adoptado la postura previa de examinar, razonar y aplicar las reglas elementales del sentido común.

 Si un árbol que se sabe podrido produce inesperadamente un fruto aparentemente bueno, tal vez incluso magnífico, lo menos que hace de entrada un hombre prudente es sospechar. De ningún modo se le ocurriría comer ese fruto sin más ni más. Y aunque parezca extraño, la sentencia de Jesucristo se ha visto siempre y en todo lugar confirmada por la experiencia: ningún árbol malo, putrefacto o enfermo ha producido jamás un fruto sano.

 La Iglesia se ha encontrado de pronto con una disposición, inesperada e insólita, del Santo Padre por la que concede a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X la facultad de confesar válida y lícitamente durante el Año Santo de la Misericordia. Aunque sólo durante el Año Santo de la Misericordia.

 Lo cual ha suscitado una serie de muchas y diversas reacciones en el mundo católico, por lo general entusiastas. Lo que no puede dejar de producir estupor para quien se tome la molestia de observar y pensar con serenidad. Puesto que la política del Vaticano no ha consistido hasta ahora en otra cosa que en cuestionar, por todos los medios posibles, las estructuras y la doctrina de la Iglesia, con la natural confusión del mundo católico. Pero si eso es así, ¿por qué entonces muestra de repente esta efusión de bondadosa generosidad?

 Según la famosa regla, universalmente y en todo momento confirmada por la experiencia, es imposible que un árbol malo produzca un fruto bueno. Por eso resulta difícil de explicar el fervoroso entusiasmo suscitado de pronto entre tantos católicos. Hubiera resultado más inteligente examinar despacio primero los resultados producidos por la generosa disposición, y más especialmente los que de un modo enteramente razonable cabe esperar de ella.

 Y el primero de los resultados ha sido el de la diversidad de reacciones, controversias y explicaciones que se han suscitado en el mundo católico. Más divisiones todavía, si acaso hacían falta más.

 La Iglesia se encuentra en la actualidad dividida en dos bloques distintos: de un lado el mayor y el más importante, que es la Iglesia progresista. De otro, un grupo minoritario, cada vez más reducido, que podría ser denominado en términos generales como Iglesia tradicional o la que pretende mantener la Fe de siempre. A su vez, y para empeorar más las cosas, este segundo grupo se encuentra también subdividido en otros: lefevbrianos radicales, lefevbrianos moderados, neocatólicos (generalmente llamados neocones) ciegamente aferrados a la Jerarquía, católicos tradicionalistas también fieles a la Jerarquía, católicos sedevacantistas que no admiten la legitimidad de la Jerarquía, etc. Es indudable que el Príncipe de las Tinieblas ha trabajado bien y ha conseguido sus propósitos. Pero, en definitiva, ¿a quién favorece esta disposición que, como hemos dicho arriba, está contribuyendo a ahondar aún más la división entre los católicos? Y la respuesta viene fácilmente a los labios: a la Iglesia progresista y a la política vaticana sin duda, planificada con vistas y en preparación del próximo Sínodo sobre la Familia.

 El segundo resultado obtenido ha consistido en confirmar aún más la desconfianza de los buenos católicos hacia la Fraternidad de San Pío X. La explicación es clara. Si se le concede la facultad de confesar, válida y lícitamente, durante el Año Santo de la Misericordia, y sólo durante ese período, es porque fuera de él la Fraternidad no actúa en su actividad pastoral ni válida ni lícitamente. Los fieles que de buena fe asisten a sus cultos, o reciben de ella los sacramentos, están actuando en nulidad y de tal forma que de nada les sirve. Es posible incluso que muchos no lleguen a conclusiones tan radicales, pero indudablemente la duda suscitada entre unos y otros (que es lo mismo que decir entre todos), está ya muy bien servida.

 Por otra parte, la disposición vaticanista parece carecer de sentido. Ni teológica ni canónicamente. ¿Está la Fraternidad de San Pío X dentro o fuera de la Iglesia? Téngase en cuenta que el eufemismo de que no se encuentra en plena comunión es en realidad una argucia, puesto que en realidad no significa otra cosa sino que está fuera de la Iglesia. Pero si está fuera de la Iglesia, ¿cómo se le puede conceder la facultad de confesar o de celebrar la Misa válida y lícitamente? Y si está dentro de la Iglesia, ¿a qué viene, o qué sentido tiene concederle tales facultades?

 Pero el resultado más importante y quizá el menos advertido, pero que seguramente ha sido el verdaderamente pretendido, no ha sido otro probablemente que el de servir de colchón para disipar, o aminorar al menos, los posibles peligros de cisma o de graves escisiones en cualquier caso, que hubieran podido producirse y que se preveían en el horizonte como negros nubarrones ante la proximidad del Sínodo sobre la Familia.

 Y es preciso reconocer que en este sentido la disposición ha supuesto un completo éxito. Por el orbe católico se ha extendido (a excepción de entre una minoría de perspicaces) la idea de la bondad y de la comprensión misericordiosa del Papa Francisco. Y los que tan furiosamente habían venido atacando sus actuaciones y doctrinas han quedado señalados como exagerados y radicales. Está claro, o al menos así lo piensan ahora muchos, que las cosas no están tan mal como se venía diciendo. Evidentemente, la oposición hacia futuras disposiciones que hubieran podido ser consideradas como ajenas a la Tradición, ha sido reducida o al menos fuertemente aminorada.

 Por otra parte, con esta disposición el Papa Francisco ha aparecido como generosamente comprensivo y abierto a todos. A unos y a otros, a propios y extraños, a los de dentro y a los de fuera, a quienes reconocen su autoridad y a quienes la contestan. ¿Por qué no iba a estar dispuesto a recibir en sus brazos a los católicos que viven en situaciones ilegítimas pero que no desean sentirse apartados de la Iglesia y que están necesitados de comprensión? Quizá muchos renuentes no acaben de convencerse del todo, pero sin embargo es completamente seguro que sus posturas radicales han dado un fuerte giro hacia la apertura y la comprensión. Algunos llamarían a esto un ingenioso efecto psicológico producido en el subconsciente de las masas, o quizá algo relativamente parecido al efecto televisivo llamado subliminar. Pero sea lo que fuera, es evidente que resulta efectivo.

 Lo más asombroso del caso es el apresuramiento que algunos prominentes católicos, considerados por lo general como inteligentes (blogueros señalados, periodistas de nota, etc,) han saludado con entusiasmo la disposición papal, calificándola con toda clase de epítetos laudatorios: magnánima disposición, generosa concesión que merece ser reconocida, bondad desbordada, comprensión que abarca a todos, etc., etc. Y han sido precisamente algunos de los mas conocidos y renombrados los primeros que han mordido el anzuelo, y los que con más diligencia se han apresurado a entonar el Cántico de Acción de Gracias de los Blogueros.

 Con lo cual ha quedado en evidencia otra de las verdades fundamentales cristianas que normalmente se olvidan: que para conocer toda la verdad, y para hacerse cargo de la verdadera realidad, no basta con la inteligencia del hombre, por muy elevada que sea.

 Hubiera sido necesario tener en cuenta que la actual batalla se está librando contra una inteligencia muy superior a la humana, que es precisamente la diabólica. La cual es imposible de contrarrestar y de superar si no es por medio de otra inteligencia opuesta y también superior a la humana, cual es la sobrenatural y divina aportada al hombre por medio del Espíritu Santo. Y de ahí la necesidad de acudir al Único que, según Jesucristo, puede conducir a los discípulos hacia la verdad completa y que no es otro sino el Espíritu Santo: El Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todo.[1] El Espíritu de la verdad os guiará hacia la verdad completa, pues no hablará por sí mismo, sino que dirá todo lo que oiga y os anunciará lo que va a venir.[2]

 Pero estas palabras de Jesucristo, como tantas otras suyas, han sido relegadas al olvido o incluso nadie cree en ellas. Con el resultado que está a la visa: cuando los hombres se creen suficientemente inteligentes y que ya pueden prescindir de Dios…, han conseguido por fin sufrir el batacazo inevitable que se venían buscando.

Padre Alfonso Gálvez

[1] Jn 14:26.

[2] Jn 16:13.

Obispo Fellay: Petición al Papa antes del Sínodo. Las reformas de la nulidad “abrirán las puertas al divorcio católico”

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Santo Padre,
Con viva inquietud comprobamos a nuestro alrededor la degradación progresiva del matrimonio y de la familia, origen y fundamento de la sociedad humana toda. Esta disolución se acelera con fuerza, sobre todo por la promoción legal de los comportamientos más inmorales y depravados. La ley de Dios, incluso simplemente natural, es hoy por hoy pisoteada públicamente, los pecados más graves se multiplican de manera dramática y claman venganza al cielo.

Santo Padre,

No podemos negar que la primera parte del Sínodo dedicado a “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización” nos ha alarmado vivamente. Hemos escuchado y leído, de personas constituidas en dignidad eclesiástica – que se atribuyen vuestro respaldo, sin ser desmentidas –, afirmaciones tan contrarias a la verdad, tan opuestas a la doctrina clara y constante de la Iglesia en lo concerniente a la santidad del matrimonio, que nuestra alma se ha visto profundamente perturbada. Lo que nos inquieta todavía más son algunas de vuestras palabras, que dan a entender que podría haber una evolución de la doctrina para responder a las nuevas necesidades del pueblo cristiano. Nuestra inquietud brota de la condenación que San Pío X hizo, en su encíclica Pascendi, del acomodación del dogma a pretendidas exigencias contemporáneas. Pío X y vos, habéis recibido la plenitud del poder de enseñar, de santificar y de gobernar en la obediencia a Cristo, que es el Jefe y el Pastor del rebaño en todo tiempo y en todo lugar, y de quien el Papa debe ser el fiel vicario sobre esta tierra. Lo que ha sido objeto de una condenación dogmática no puede convertirse, con el tiempo, en una práctica pastoral autorizada.

Dios autor de la naturaleza estableció la unión estable del hombre y de la mujer con vistas a perpetuar la especia humana. La Revelación del Antiguo Testamento nos enseña de modo clarísimo que el matrimonio, único e indisoluble, entre un hombre y una mujer, fue establecido directamente por Dios, y que sus características esenciales fueron sustraídas a la libre elección de los hombres para permanecer bajo una protección divina particularísima: “No codiciarás la mujer de tu prójimo” (Éxodo 20, 17).

El Evangelio nos enseña que Jesús mismo, en virtud de su autoridad suprema, restableció definitivamente el matrimonio, alterado por la corrupción de los hombres, en su pureza primitiva: “Lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe” (Mateo 19, 6).

Es gloria de la Iglesia católica a lo largo de los siglos haber defendido contra viento y marea, a pesar de las solicitaciones, amenazas y tentaciones, la realidad humana y divina del matrimonio. Siempre ha llevado bien alto – incluso si hombres corruptos la abandonaban por ese solo motivo – el estandarte de la fidelidad, de la pureza y de la fecundidad que caracterizan el verdadero amor conyugal y familiar.

Ahora que se acerca la segunda parte de este Sínodo consagrado a la familia, estimamos en conciencia que es nuestro deber expresar a la Sede Apostólica la profunda angustia que nos embarga al pensar en las “conclusiones” que podrían ser propuestas en esta ocasión, si por gran desgracia fueran un nuevo ataque contra la santidad del matrimonio y de la familia, un nuevo debilitamiento de la naturaleza de la sociedad conyugal y de los hogares. Esperamos de todo corazón que, por el contrario, el Sínodo hará obra de verdadera misericordia recordando, para el bien de las almas, la doctrina salvífica íntegra referente al matrimonio.

Tenemos plena conciencia, en el contexto actual, que las personas que se encuentran en situaciones matrimoniales anormales deben ser acogidas pastoralmente, con compasión, para mostrarles el rostro misericordiosísimo del Dios de amor que la Iglesia da a conocer.

Sin embargo, la ley de Dios, expresión de su eterna caridad para con los hombres, constituye en sí misma la suprema misericordia para todos los tiempos, todas las personas y todas las situaciones. Rezamos, pues, para que la verdad evangélica del matrimonio, que debería proclamar el Sínodo, no sea en la práctica eludida mediante múltiples “excepciones pastorales” que desnaturalizarían su verdadero sentido, o por una legislación que anularía casi infaliblemente su alcance real. En cuanto a esto, no podemos disimularos que las recientes disposiciones canónicas del Motu proprio Mitis iudex Dominus Iesus, que permiten declaraciones de nulidad aceleradas, abrirán de facto las puertas a un procedimiento de “divorcio católico” sin llevar el nombre de tal, a pesar de las referencias a la indisolubilidad del matrimonio que lo acompañan. Estas disposiciones van en la dirección de la evolución de las costumbres contemporáneas, sin tratar de rectificarlas según la ley divina; ¿cómo, pues, no estar conmocionado por la suerte de los niños nacidos de estos matrimonios anulados de manera expeditiva, que serán las tristes víctimas de la “cultura del descarte”?

En el siglo XVI el Papa Clemente VII denegó a Enrique VIII de Inglaterra el divorcio que éste solicitaba. Frente a la amenaza del cisma anglicano, el Papa mantuvo, contra todas las presiones, la enseñanza inmodificable de Cristo y de su Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio. ¿Veremos ahora esta decisión desaprobada por un “arrepentimiento canónico”?

En todo el mundo en estos últimos tiempos numerosas familias se han movilizado valientemente contra las leyes civiles que socavan la familia natural y cristiana, y alientan públicamente comportamientos infames, contrarios a la moral más elemental. ¿Puede la Iglesia abandonar a aquellos que, a veces en detrimento propio y siempre bajo burlas y ataques, libran este combate necesario pero difícil? Ello constituiría un antitestimonio desastroso y sería para estas personas fuente de hastío y desaliento. Los hombres de Iglesia, por el contrario, por su misión misma deben aportarles un apoyo firme y motivado.

Santo Padre,

Por el honor de nuestro Señor Jesucristo, para consuelo de la Iglesia y de todos los fieles católicos, por el bien de la sociedad y de la humanidad toda, en esta hora crucial, os suplicamos, pues, que hagáis resonar en el mundo una palabra de verdad, de claridad y de firmeza, en defensa del matrimonio cristiano, e incluso simplemente humano, para sostén de su fundamento, a saber, la diferencia y complementariedad de los sexos, como apoyo de su unicidad y de su indisolubilidad.

Confiamos esta humilde súplica al patronazgo de San Juan Bautista, que conoció el martirio por haber defendido públicamente, contra una autoridad civil comprometida por un “nuevo matrimonio” escandaloso, la santidad y la unicidad del matrimonio, suplicando al Precursor de conceder a Vuestra Santidad el valor de recordar ante el mundo entero la verdadera doctrina del matrimonio natural y cristiano.

En la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, 15 de septiembre de 2015
+Bernard FELLAY
Superior General de la Fraternidad San Pío X

[Fuente: DICI/FSSPX.org. Artículo original]

Impresionante procesión mariana de rogativas por el Sínodo

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procesion[onepeterfive.com] Estoy hasta la coronilla del Sínodo. Estoy harto de debates en torno a la FSSPX. Pero puede decirse que este vídeo combina ambos temas de un modo tan vistosamente edificante y tan comovedor que me hizo llorar.

Esto. Esto. Esto ni más ni menos. 

Así tiene que manifestarse visiblemente el catolicismo.

¿Y los llaman cismáticos? Se equivocan, pero si quieren llámenlos así. La Iglesia institucional hace desfilar incesantemente ante nuestros ojos a sacerdotes pervertidos que se empeñan de tirar por tierra las enseñanzas de Cristo. La FSSPX, en cambio, nos da cosas como ésta.

De la FSSPX pueden decir lo que quieran. Pero hasta que los católicos en plena comunión con la Iglesia, los católicos a los que se les da pleno reconocimiento canónico, no nos den algo así de sencillo, de devoto, de contundente, de una belleza tan imponente… no quiero saber nada de ellos.

Los fieles están a la espera. No de nulidades simplificadas, no de comunión para los divorciados vueltos a casar, no de diaconisas ni de que se acepten perversiones sexuales.

Esto. Lo que esperamos es esto.

[Traducción y subtítulos por J.E.F para Adelante la Fe]
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